Las embarradas del Canciller

LAS EMBARRADAS DEL CANCILLER

Iván Márquez / Integrante del Secretariado de las FARC-EP

Comandante Iván MárquezCada vez que aparece el tema de las FARC o de la Revolución Bolivariana de Venezuela, se excitan los funcionarios del régimen de Bogotá, y mezclan ambas realidades como si se tratara de un mismo fenómeno.

El primero de ellos es el propio Presidente Uribe, enemigo agazapado de Venezuela que no tiene ninguna autoridad moral para pedirles prudencia a sus deslenguados ministros. Y qué la va a tener, si desde las oficinas de su policía secreta se planificó el asesinato de Chávez.

Lo que digan de las FARC no nos inquieta. Al fin y al cabo somos insurgencia armada contra un régimen podrido, una fuerza beligerante con una estrategia definida hacia el nuevo poder. Sabemos que les asusta la perspectiva de la explosión social con la existencia de una guerrilla bolivariana que no pudo ser doblegada con el “Plan Patriota” del Comando Sur. Entonces es comprensible que nos ataquen, pero Venezuela es otra dimensión. Allí hay un gobierno legítimo y verdaderamente democrático ratificado hasta la saciedad por el soberano, que es el pueblo, y nos suponemos debe ser objeto de un tratamiento respetuoso como el que se estila en las relaciones interestatales, a no ser que estén preparando el terreno para alguna provocación previamente concertada con el gobierno de Washington.

Del Ministro de Defensa todo el mundo sabe que es un furibundo y rabioso antichavista, y antibolivariano. Que el Ministro del Interior y de Justicia sólo está repitiendo las consideraciones de Uribe en los consejos de ministros sobre la democracia venezolana. Pero este nuevo e improvisado Canciller, cada vez que abre la boca para hablar de Venezuela, la embarra.

Primero armó de un evento cultural en Armenia un vergonzoso show contra el embajador venezolano en Colombia. Luego dijo que el gobierno de Venezuela impulsaba candidaturas políticas en Arauca y en el departamento insular de San Andrés y providencia. Y ahora sugiere desde Washington con intención non sancta que Chávez y la revolución bolivariana son una especie de fuente de inspiración ideológica para las FARC.

Es un pobre hombre este ministro. Viajó a Washington a disparar contra las FARC y contra Venezuela. Dijo que tenía una idea “que no podía precisar”, en el sentido de que Simón Trinidad, prisionero del imperio, hubiese tenido que ver con su retención en Colombia. Ni porque tuviese el guerrillero el don de la ubicuidad. Si lo que pensaba era fungir como testigo contra Simón en las cortes gringas, sólo logró dejar constancia ante el mundo que lo haría, pero sobre una falsedad.

El canciller Araújo es tan sólo un instrumento del cabecilla de la narco-para-política en Colombia, el ilegítimo presidente Álvaro Uribe Vélez. Es un egoísta que luego de ser objeto de la solidaridad que clamaba su liberación mediante el canje de prisioneros, ahora quiere para sus ex compañeros cautivos en la selva la suerte de los inmolados en Urrao por la insensatez del rescate militar.

Debe tener en cuenta el señor Araújo que su cautiverio político no lo redime del robo de Chambacú a la gente pobre de Cartagena. Que si su caso no prosperó ante los tribunales no fue precisamente por haber demostrado su inocencia.

Sabrá el diablo qué pretende cuando dice desde Washington que en las FARC se estudia a Chávez y se ven documentales de la Revolución Bolivariana en la televisión. Los guerrilleros sí analizamos cotidianamente el acontecer mundial. Nos estremece por ejemplo la terrible injusticia del gobierno Bush bombardeando todos los días al pueblo iraquí sin que la mayoría de los gobiernos que se proclaman democráticos digan algo. Fustigamos las razones imperiales para la devastación de Beirut. Nos causa hilaridad cuando escuchamos a los gringos decir que el gobierno narco-paramilitar de Uribe es el más legítimo del mundo. Platicamos sobre el calentamiento global y el tratado de Kyoto. Discutimos sobre las protestas populares en Oaxaca y Copenhague. Analizamos tanto el triunfo de los Demócratas en los Estados Unidos, como el triunfo de Correa en Ecuador, o el de Ortega en Nicaragua. La salud de Fidel y la lucha de Evo el presidente Aymara. O la gira simultánea de Bush y del Presidente Chávez…

Y pensamos que los pueblos del mundo se están preparando para grandes cambios. Y que en América Latina y el Caribe, de nuevo galopa Bolívar con un ejército de pueblos.

Señor Presidente, señor Ministro, ¿es esto lo que les preocupa?

Montañas de Colombia, marzo de 2007