Puka Inti (Junio de 2007)

PUKA INTI (JUNIO DE 2007)
ÓRGANO DEL PARTIDO COMUNISTA DEL ECUADOR "SOL ROJO"

LA FARSA CONSTITUCIONAL.

Cuando el Eco. Rafael Correa ganó las elecciones presidenciales en el Ecuador, nuestro partido automáticamente asumió posición y en consecuencia con nuestra condición de comunistas manifestamos abiertamente el peligro que significaba para las masas el hecho de que la burguesía se haya inventado emergentemente un régimen de las características del actual que en un momento de severa crisis del viejo Estado se mostraba presto, solícito, para salvar al mismo con un discurso populista, antiimperialista y sostenido por el asentimiento y participación de la izquierda oportunista y revisionista del país.

Nuestro posicionamiento ha sido diáfano y concreto en la medida que tenemos claro el papel de las elecciones y el Estado, así como la importancia de enfocar la propuesta revolucionada direccionándola unilateralmente a la Toma del Poder y no al sostenimiento de reformas que dispersan y confunden a las masas en sus objetivos finales.

No llama la atención un sesgado proceso de corporativización de las masas alineadas con la asamblea y los cientos de organizaciones que se han formado y orbitan en torno a ésta. El manejo de la publicidad y propaganda por parte del régimen ha sido fundamental en este proceso ya que ha estructurado en el discurso presidencial el manejo sincrético de la voz popular como “actores políticos” y el clamor de sus reivindicaciones como trinchera gubernamental. Dicho de otra manera: fascismo solapado.

Quienes militamos en el Partido Comunista del Ecuador “Sol-Rojo”, consideramos que hoy más que nunca la esencia del revisionismo ha simplificado su papel histórico al manifestar su respaldo y la coexistencia pacífica con el actual régimen. Ni siquiera cuando se entregaron inescrupulosamente al régimen entreguista del Coronel Gutiérrez evidenciaron tan villanamente sus verdaderas pretensiones y sus objetivos supremos: ser el pulmón estratégico de un Estado que ya tiene poca capacidad de reaccionar a favor de la dictadura burgués terrateniente. Ese es su rol y no habrá revolución en el mundo que se muestre boyante si entre los objetivos elementales a combatir, a destruir, no se coloca del otro lado de la mira al revisionismo y al oportunismo.

Sin embargo este proceso nos ha permitido interactuar más con sectores que sin ambages han sabido sostener que “están confundidos” por los “importantes aciertos del régimen” y porque ejercer oposición es “ponerse del lado de la derecha” en el Ecuador.

Revolución o reformas. Ni es lo mismo ni se escribe igual, por el contrario son categorías políticas antagónicas. La una lleva implícita la toma del Poder político del Estado no antes destruir las antiguas relaciones de producción y la dictadura burgués terrateniente. Desde luego, en dicha destrucción se entiende también el reemplazo del viejo estado por uno nuevo cuya característica primordial es de transición al socialismo, al que los maoístas conocemos como de Nueva Democracia, de dictadura conjunta de obreros y campesinos.

Por otro lado está el emprendimiento de un proceso reestructurativo o de reformas del viejo estado. ¿Qué implica este proceso?, pues aquello que a nuestro entender no pudo concretar la revolución demócrata burguesa de Eloy Alfaro a fines del siglo XIX, que dicho proceso se vio truncado por la contraofensiva feudal terrateniente y conservadora, y que en alguna medida pervive –los objetivos- en el ideario de muchos social revolucionarios. Esto es pretender que el Estado como institución todavía puede servir a los intereses de las masas y que en esa medida no demanda de su destrucción sino de su renovación pero con cambios en la superestructura que le viabilicen cierto grado de beneficio y participación de los sectores tradicionalmente no oligárquicos en los designios del país.

Pero este es un absurdo, ya que el Estado como instrumento de dominación de la dictadura burgués terrateniente se mantiene incólume pero flexibiliza su sistema de gobierno a la participación de un sector que coyunturalmente se muestra “democrático” y “antiimperialista”, con ciertos rasgos populares que de ninguna manera se atreve a tocar el modo de producción y con él la esencia de la explotación.

Hacer la revolución o hacer reformas estatales. Dos caminos distintos que en ningún momento se cruzan, mucho menos como pretenden hacernos creer los partidos de izquierda que han vendido una vez más su purulenta conciencia a la burguesía, que el camino de la restauración puede allanar la vía a la revolución.

Seguir y aportar en esos oscuros propósitos constitucionalistas nos lleva permanentemente a legitimizar la flexibilización táctica que tiene la democracia burguesa en aras de defender lo nuclear, esto es la dictadura burgués terrateniente. Consecuentemente, mientras más participemos y seamos un soporte de la democracia representativa burguesa en cualquiera de sus manifestaciones más y más lejos estamos de la revolución.

Mientras más incurramos en participar y arrastremos a las masas a vivir la falsa ilusión constitucionalista más contrarrevolucionario es nuestro proceder.

Pero asumir nuestro rechazo y por el contrario, en la medida de las posibilidades combatir a éste régimen de la misma manera como hemos pretendido combatir a los anteriores nos ha colocado en la mira de la represión de una forma más explícita. Desde que hiciéramos nuestro pronunciamiento hace algunos meses hemos sido objeto de constantes amenazas de muerte, vigilancia y persecución de los aparatos represivos del estado que buscan minar nuestra intencionalidad revolucionaria. Pero bueno, en medio de todo está bien, pues eso marca la no existencia de puente alguno entre nuestro partido y el régimen, es decir, no hay posibilidad humana que haga coincidir lo nuevo que se construye en la brega cotidiana y lo viejo que esta dialécticamente destinado a morir.

“La patria ya es de todos”, y con eso nos quieren convencer que es un ideograma colectivo que no distingue clases y condiciones ideológicas las que va a sacar el país adelante. No hay margen en la propaganda gubernamental como para sustentar los diferentes intereses que chocan en un país donde aún el servilismo semi feudal, la opresión explotadora del capital sobre los obreros y el permanente extravío de nuestra condición de nación ante los desafueros del imperialismo no dejan sino otra salida que la rebelión popular. Y la burguesía entiende plenamente de eso tanto así que en las últimas semanas hemos visto cómo el capital financiero y el sector agro exportador mira cono buenos ojos las medidas económicas del régimen a sabiendas que si bien es cierto bajarán las tasas de interés pero paralelamente se creará el marco jurídico que garantice la inversión y el libre movimiento de capitales dentro y fuera del país. A la final los sectores oligárquicos del Ecuador saben que el Eco. Correa no podrá cumplir con dos ofrecimientos claves de campaña como es el de revertir la dolarización para volver sobre los fueros de una moneda nacional sobre la cual el estado pueda ejercer soberanía absoluta y el no pago de la deuda externa.

Es decir, la burguesía con el Estado siempre gana. Y si hay un ganador es porque sencillamente hay un perdedor y ese es nuestro pueblo.

“La patria ya es de todos” y sin embargo cientos de compatriotas siguen arriesgando sus vidas tratando de salir del país a cualquier precio y de cualquier forma con la finalidad de buscar mejores días aún en condiciones de un servilismo mejor pagado en el viejo continente.

El panorama no deja de ser preocupante y oscuro. El 91% de la población rural está en la pobreza. De éstos el 69% está sumido en la indigencia total. El régimen de producción agraria no se desembaraza de las más aberrantes expresiones feudales como “al partir”.

4 de cada 5 ecuatorianos vive en condiciones de pobreza. Cerca de 11 millones y medio de ecuatorianos vive en la pobreza y aproximadamente 7 millones y medio viven en condiciones precarias.

No hay trabajo y el salario mínimo de 160 (que no se cumple en un 58% de la población económicamente activa) no satura las necesidades de las masas que claman una canasta básica que bordean los 500 dólares mensuales, y así un sinfín de estadísticas que reflejan los niveles de pauperización a los que ha caído nuestro pueblo

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LA DEUDA EXTERNA, VIDEOS Y CORRUPCION

El último escándalo gubernamental que compromete a funcionarios públicos e intermediarios en el manejo de Bonos de la Deuda reflejen palmariamente los oscuros vericuetos en el manejo de la Deuda Externa por los regímenes anteriores (y el actual, desde luego) y nos hace pensar que la burguesía y los tenedores de papeles de la deuda creen que este es un país de bobos que apunta honorable y desmedidamente a ser un país de estúpidos.

De manera hábil se a puesto sobre el tapete la forma de cómo se maneja la deuda, más no si ésta debe pagarse, pueda pagarse o sencillamente nos de la gana de pagarla.

El país como Estado-nación nace amarrado con “nudo ciego” a la deuda. Ya a inicios del siglo XIX empezamos a “endeudarnos” con los ingleses para financiar la independencia. Pero objetivamente un marcado proceso de endeudamiento acelerado se da lugar a inicios de 1970 con las dictaduras militares, quienes después de asaltar a la administración del Estado, apoyándose en el “boom” petrolero dieron rienda suelta a un proceso crítico de empeñar el país a la banca internacional.

Fueron precisamente las dictaduras que poco a poco transmutaron en actores políticos “democráticos” los que sin escrúpulo alguno lanzaron al país a vivir la vorágine de una experiencia que nos ha sumido en la miseria además de convertirnos en una nueva colonia.

Países como el Ecuador vieron en los años 70´ incrementar de forma vertiginosa sus ingresos producto de la venta de petróleo (como materia prima) a raíz del crecimiento del precio de petróleo en el mercado internacional, etapa conocida como el “boom” petrolero.

El ingreso de los dólares que reemplazaron a las divisas que recibía el país tradicionalmente por la monoproducción y exportación de cacao sirvió para que los altos mandos de las FFAA festinaran el petróleo a cambio de la generación de un estamento “nuevo” en la división de clases del país: la burguesía burocrática. Sí, así nace ese sector, en las entrañas de los cuarteles con discursos nada diferentes a los que inicialmente pregonara Gutiérrez o a su tiempo Vargas Pazos: nacionalistas, revolucionarios, etc., etc.

La desmedida ambición de los militares los empujo a vivir un proceso típico de los países latinoamericanos, gastar a “cambio” de lo que recibirían por “futuras negociaciones de crudo”. Pero por su puesto, el imperialismo no es pendejo, creó las condiciones para bajar el precio del petróleo mientras aumentaban las tasas de interés y países como el Ecuador, Venezuela y México ya no podían cumplir con los pagos de sus obligaciones a cambio de la “recuperación” por parte de EEUU y otras potencias de los costos por compra de petróleo.

De ahí hasta nuestros días las cosas no variaron sustancialmente en la medida de que los diferentes gobiernos indistintamente de su inclinación política seguían incrementando la deuda externa ya no con la figura de endeudarse para potenciar esos capitales en el incremento de la producción y obtener remanentes que posibiliten el pago de capital y deuda, sino que se creo la figura de préstamos de “libre disponibilidad”, los que eran emitidos por la banca internacional sin el respaldo de un programa o proyecto específico sino que podían ser utilizados para cualquier cosa, entiéndase compra de armamento, gastos suntuarios o sencillamente para garantizar la “época de vacas flacas” volviendo a sacar esos capitales a bancos en el extranjero.

Cuando nuestro Partido enuncia la existencia pendular de la burguesía compradora y la burguesía burocrática, se ampara en estos “fenómenos” para el sostenimiento de la tesis del capitalismo burocrático que permeabiliza la alternatividad en la administración del Estado de estas dos fracciones de Poder.

El caso resulta sui generis por cuanto la burguesía compradora ligada al capital agro exportador también se sirvió de la Deuda Externa para acelerar su proceso de acumulación. En cambio la burguesía burocrática utilizó el Estado y estos mecanismos para fortalecer su postura económica-política.

Los beneficiaros de la deuda han sido muchos: militares sableadores, políticos corruptos, banqueros inescrupulosos, financistas oscuros y aún la Iglesia, pues es que hay que conocer que estos sectores han parasitado durante décadas de la Deuda y en la actualidad obtienen ingentes ganancias porque son tenedores de papeles de la deuda en desmedro del interés nacional.

Pero veamos. Si nos ceñimos al marco democrático burgués del país, las dictaduras fueron eso, la ruptura violenta del régimen democrático por parte de desaforados miliares que con el discurso de “salvar al país” y “evitar la invasión comunista” se tomaron el poder administrativo del Estado de manera ilegal. Es decir, una dictadura es el ejercicio ilegal del Poder. Así lo entendíamos nosotros y así lo entendía también los organismos internacionales y el resto de países. Todo lo actuado por las dictaduras era ilegal. De igual manera, adquirir compromisos económicos con la banca internacional era un acto doloso realizado por ilegales, en tal virtud la deuda no la adquirió un estado soberano enmarcado en un proceso legal, constitucional sino por delincuentes institucionalizados. En esa medida la deuda es ilegítima y por lo tanto improbable de ser pagada.

Y es que la burguesía ecuatirana, incapaz de convertir la plusvalía en capital productivo apuntó a seguir endeudándose y acrecentar de esa manera la dura carga sobre los hombros de las masas y claro, para poder cumplir los compromisos con la banca internacional se han inventado de todo, desde luego, propuestas que no ha tocado sus bolsillos.

En la década de los 80´es cuando se presentan los dos eventos más explícitos de la brutalidad burguesa y de la desfoliación nacional.

Por un lado la sucretización de la deuda:

En la década de los 80´ el país (para el caso, estado y empresa privada) no pueden cumplir con las obligaciones en el pago de intereses de la deuda que en el caso de la empresa privada ascendía a 1.500 millones de dólares aproximadamente. El Estado, bajo la administración del miserable Oswaldo Hurtado determinó que el Banco Central ASUMA con el exterior la deuda en dólares, mientras las empresas privadas se comprometían a “pagar” al estado vía Banco Central sus obligaciones en devaluados sucres.

En este latrocinio que benefició a la burguesía ecuatoriana, entre otros al gran ladrón del siglo XX Rodrigo Paz, Correa : representante de la Coca Cola en el país, Noboa: el tonto con pretensiones de presidente, Granda Garcés, Fidel Egas y otros. Además tuvo como protagonista a Blasco Peñaherrera quien sarcásticamente y sin vergüenza alguna sostenía que “la deuda del sector privado era una deuda nacional”. Pero por favor, las deudas son de todos los ecuatorianos, las riquezas de la miserable burguesía, la miseria de las masas. ¡Vaya manifestación de este hijo de mala madre!

El país hasta 1991 perdió la bicoca de un billón treinta mil millones de sucres, con un tipo de cambio que oscilaba los 100-130 sucres por dólar. ¿Cómo dudarlo? ¡Uno de los más grandes atracos en la historia del país!

Pero las cosas no quedan ahí. En el régimen de Sixto Durán Ballén nos meten la vaina aquella de “capitalización de la deuda externa”, después de que en 1987 el Sistema de Reserva Federal de los EEUU autorizó a los bancos norteamericanos a “cambiar” con los países del Tercer Mundo sus deudas a cambio de propiedades como un mecanismo que buscaba nuevas fórmulas para el cobro de las obligaciones que tenían nuestros países. Esta decisión permitía a los bancos poder coptar el cien por ciento de las empresas extranjeras no financieras.

Dicho de otra manera, se utilizaba el eufemismo de la “capitalización de la Deuda Externa” por la transformación de la deuda en INVERSION que en la práctica funcionaba de la siguiente manera, canjear las empresas estratégicas del estado, algunas concesiones políticas o territoriales a cambio de papeles de la deuda. (No hay que dudarlo, años después los gringos nos metieron la Base de Manta bajo este mecanismo de negociación) ¡Ah bestia! ¡La fiebre privatizadora nos asaltó! Y en el Ecuador para engañar al pueblo sobre el trasfondo que cargaba la “capitalización de la deuda” empezaron a hablarnos, o mejor dicho, mentirnos, sobre la necesidad de “achicar el tamaño del estado para hacerlo más ágil” o, “combatir la burocracia para no tener un gasto fiscal elevado”

¿Acaso debemos horrorizarnos porque el Ministro Ricardo Patiño hace un video donde claramente se deja ver al país la manera oscura, dolosa y delictiva de cómo se tratan los temas de la Deuda Externa beneficiando a los tenedores de papeles de la Deuda en desmedro del interés nacional y concretamente popular que es donde descansa el esfuerzo productivo del país?

NO debemos permitir que el régimen de turno utilice este bochornoso evento para distraer la atención respecto de un ofrecimiento de campaña electoral que al parecer ya no va más, NO PAGAR LA DEUDA EXTERNA. Aquí no se trata si se la paga con coimas, con especulación o de buena manera ceñidos a las leyes nacionales, internacionales y aún a la ética (para que no nos llamen ladrones). Sencillamente NO DEBEMOS PAGAR la deuda porque fue contraída por regímenes desconocidos por el pueblo y la comunidad internacional. No debemos pagar la Deuda Externa porque fue contraída por la burguesía y no por las grandes mayorías que son la base estructural del país. No debemos pagar la deuda porque de ella solo se han beneficiado los organismos financieros internacionales y la burguesía ecuatoriana. NO PODEMOS PAGAR LA DEUDA porque la miserable burguesía tiene una responsabilidad histórica mayor con nuestro pueblo al que han esquilmado durante cientos de años y deben retribuir en alguna medida su latrocinio. NO QUEREMOS PÀGAR LA DEUDA, porque esa es una decisión soberana de los pueblos que buscan y bregan denodadamente por ser dignos, soberanos y libres.

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BUZON:

A uno de nuestros correos electrónicos (pukainti-ec@hotmail.com) además de las amenazas de muerte e insultos de la reacción y del miserable revisionismo hemos recibido un importante banco de preguntas y cuestionamientos que comúnmente solemos dar respuesta directamente, pero considerando la actual coyuntura hemos creído en esta oportunidad hacer públicas algunas de las inquietudes y por cierto nuestras respuestas:


Este es un régimen que está cumpliendo tareas revolucionarias importantes, respetuoso de los derechos humanos y podría consolidar una propuesta revolucionaria a futuro.

No hay peor ciego que el que no quiere ver.

En párrafos anteriores decíamos que mientras más participemos de la democracia burguesa más lejos estamos de la revolución. Esa es una verdad objetiva. Las tareas de la revolución no están marcadas por el tipo de gobierno que exista en un determinado país. Es decir, si es de corte dictatorial o tiránico como el de Febres Cordero, pues obvio que justifique la rebelión. Si es del corte como el actual, pues también la justifica, esto en la medida que aquí no está en cuestión el régimen o el sistema de gobierno, lo fundamental, el blanco principal es el modo de producción, las relaciones de producción y su sostén, es decir el viejo estado y la dictadura burgués terrateniente. Si no apuntamos a estos objetivos no hacemos sino “arar en el mar”.

Hay condiciones objetivas. Están marcadas por relaciones de producción semi feudales, depredadoras, sumadas a un híbrido de capitalismo que es tremendamente explotador.

Las condiciones de vida de las masas cada vez se deprimen más hasta alcanzar grados de pauperización. Falta de trabajo, una creciente desproporción de informales, falta de cobertura social, etc. Los gobernantes está demostrado que ya no pueden gobernar con facilidad, que el descontento popular desborda la capacidad de control que ellos tienen. Pero desde luego, todavía tienen unos cartuchos por quemar, y esta novelita de la “Revolución ciudadana”, del “socialismo del siglo XXI”, es parte de ese arsenal de reserva con el que cuentan los detentores del poder para amortiguar la rebeldía de las masas. En definitiva hay condiciones objetivas. Las subjetivas, pues esas debemos construirlas y muchas veces volviendo a recomenzar de la nada y con toda seguridad emergeremos y volveremos a tener problemas y en el futuro nos estaremos planteando lo mismo, construir los instrumentos para la revolución, pero esa es la dinámica y la constante de los pueblos rebeldes, así, una y otra vez, hasta la victoria.

Hoy muchas organizaciones que se dicen revolucionarias sostienen que el régimen les permitirá “acumular fuerzas” en condiciones ventajosas. ¡Ilusos!, aquellos que sostienen esto no son sino quiméricos, bribones o sinvergüenzas. Si se pretende crear un proceso de acumulación de fuerzas sujetos del andamiaje legal burgués es como aquello del golpe de viento. Un planta de invernadero no responde a las condiciones de inclemencia del tiempo fuera de su habitad, un ligero golpe de viento y se vendrá abajo, probablemente será arrancada de raíz. Nosotros tenemos experiencia en eso. Lo que se construye amparados en la legalidad se desmorona con facilidad cunando ésta enfrenta los avatares cruentos propios de la lucha de clases. La construcción de instrumentos legales solo nos pone en condición de oportunistas que acomodados en los parámetros del nuevo discurso reformista nos mantiene pusilánimes ante la realidad crítica de las masas y sobre todo ante el compromiso histórico de trabajar por y para la revolución popular.

Desde 1920 la izquierda del Ecuador viene “acumulando fuerzas” y así pervivirá haciéndolo ya que ese discurso les permite interactuar electoralmente en la democracia burguesa. Gran justificación, gran patanada de miserables que ya con Gutiérrez pretendieron hacer “su agosto” pero como el diablo le da la espalda a sus súbditos y los traiciona ahora buscan reacomodarse con un nuevo manifiesto del engaño y traición a los intereses de los trabajadores y de la revolución popular.

Sabemos que Correa no va a llevar al socialismo al país pero ese espacio nos puede hacer que sentemos bases para el mismo.

¡Acaban de descubrir el agua tibia! ¡Obvio que no va a llevar el país al socialismo!, iremos a cualquier cosa menos al socialismo. Primero porque el socialismo no es un terreno baldío del que se posesiona uno por decreto o por reforma constitucional. “Declaramos que el Ecuador es socialista”. ¡Vaya huevonada! Suena a chiste y aún a estupidez, y menos aún viniendo de un demócrata cristiano devenido urgentemente en “socialista” como el Eco. Correa. Al socialismo solo y únicamente se llega por las armas, con lucha armada, específicamente con la línea militar del proletariado, esto es Guerra Popular. ¿Por qué? Pues porque hay que quitarle los medios de producción a la burguesía, a los terratenientes. También tenemos que quitarles las prebendas a esos miserables representantes de las organizaciones obreras que en discurso de defensa de los trabajadores trafican con sus luchas y sus reivindicaciones en beneficio personal. Porque debemos tener un ejército y aparatos represivos propios. Porque debemos meterle una patada en el trasero al imperialismo y expulsarlo del país no antes socializar los medios de producción con los que cuentan en la actualidad. Porque en el socialismo no se eliminan las clases sino que se ejercita la dictadura del proletariado. Y eso es lo fundamental, y eso no se hace con discursos en quichua, con videos reveladores, con bravuconadas con los bancos, con las transnacionales y mucho menos con la utilización del marco legal de un estado cuya naturaleza es la defensa de la dictadura de burgueses y terratenientes.

De pronto la izquierda ecuatoriana esta pensando ilusa y fatuamente que la burguesía, los terratenientes y el imperialismo van a ceder sus medios de producción, sus espacios de detención del poder, su poder sin oponer resistencia y todo porque un “bienintencionado” presidente se le ocurre que el país va a ser “socialista” por decreto. Antes que la burguesía permita eso correrá mucha sangre, no hay duda alguna de eso. Entonces quitarles el poder es una tarea ardua, compleja, violenta, donde la cuota de sacrificio está marcada por la capacidad de cruzar ese río de sangre y ganar la orilla contraria, la avanzada de la revolución.

No vamos a construir nada sobre lo que pocamente intencione el Eco. Correa. De ninguna manera. Si pretendemos construir una Patria digna sobre la estructura del viejo estado será como querer levantar sobre una de las casa de caña allá en Mapasingue, en los guasmos o en el barrio Nigeria de Guayaquil unos tres pisos de concreto. ¿Qué pasara?, pues la respuesta es obvia….se vendrá abajo antes que el jolgorio termine.

No creemos que sea el momento de combatir militarmente a éste gobierno. Es el momento de presionar con las organizaciones de masa, para radicalizar la constituyente y desarrollar los cambios que permitan ir consolidando un estado capitalista de bienestar o lo que le llaman la socialdemocracia.

El tema de las jamás podrá estar en cuestión ni aún después de la toma del Poder. De pronto no hay condiciones subjetivas para hacerlo, pero sí debemos desenmascarar su carácter de clase y el daño que termina metiéndole una sobredosis de opio y de ayahuasca a las masas. La asamblea popular, la constituyente, la revolución ciudadana es eso, droga para las masas, y desde luego, a largo plazo, y quienes secundamos esa suprema intoxicación nos convertimos definitivamente en contrarrevolucionarios.

Que bajo la lupa de este régimen debamos continuar con la brega por construir los instrumentos para desatar la tormenta obrero campesino de la Guerra Popular, pues debemos seguir haciéndolo ceñidos a nuestros planes estratégicos. No hay duda en las tareas por hacer. Y ojo, no hay que olvidar que este es el momento apropiado para desenmascarar al podrido revisionismo de la izquierda ecuatoriana que en cada actividad en la que se mete salta pus a borbotones. Hay que trabajar como el viejo topo.

¿Cómo podemos presionar con las organizaciones de masas si están cabalgadas por esa horda de miserables revisionistas y oportunistas que lo único que hacen es empujar el esfuerzo organizativo de las masas a la vorágine de la ilusión constitucionalista?

Si nuestro objetivos son hacer la revolución para imprimir reformas estatales y terminar atados al cuentito ese del socialismo del siglo XXI o ahogados en sangre al estilo del falso sandinismo de Ortega para terminar en lo mismo que es precisamente lo que dice usted compañero, capitalismo de bienestar, o capitalismo popular, ¿para qué hacer la guerra o convocar la revolución si la vía demócrata burgués permite esos alcances? Para eso mejor militamos en Pachakuitc, el Partido Socialista, el MPD y seguimos haciendo por nuestro pueblo lo que se ha hecho desde 1922: ¡NADA!

¿Acaso sus compañeros de Nepal no están en el congreso de un país semifeudal y monárquico haciendo eso?

Veamos. La revolución no es un proceso mecánico, lineal, el desenvolvimiento de ese proceso es dialéctico, se ciñe a una serie de factores nacionales e internacionales, contradicciones principales, contradicciones secundarias. Correlación de fuerzas, etc. Es un camino sinuoso, con avances y con retrocesos.

En esa dinámica de interacción con las clases antagónicas se presentan momentos o coyunturas que demandan de decisiones precisas ya sean estas tácticas o estratégicas.

Pero también se dan situaciones en las cuales los revolucionarios nos vemos obligados a emplear estrategias que pueden conducirnos a la victoria, al reordenamiento estratégico o sencillamente a la claudicación.

Un maoísta es como tal un comunista que tiene claro sus objetivos, sus metas, sus métodos y su correcta línea de alianzas. Y en el caso particular del Nepal, nosotros consideramos que ha sido una equivocación histórica de los maoístas nepaleses y particularmente de su dirección haber aceptado ser componentes de una alianza anti monárquica que vía Asamblea Constituyente declare el Nepal como una República “democrática. “Las águilas suelen volar tan bajo como las gallinas, pero jamás las gallinas volarán como las águilas”. El Camarada Prachanda seguramente estará analizando el error histórico en el que ha incurrido y nos atrevemos a sostener con absoluta certeza de que la lucha a dos líneas al interior de los maoístas nepaleses está en su momento más candente y auguramos que sea la línea consecuente la que salga victoriosa y se retome el camino de la Revolución Popular ya no por la consecución de un estado Republicano sino Popular y socialista, caso contrario pensaríamos que la condición de comunistas en el Nepal una vez más se habrá diluido bajo el entrampamiento de las Constituyentes y la ilusión parlamentaria.

Está demostrado que el momento que las fuerzas revolucionarias se convierten en interlocutores de mesa con el viejo estado, éste termina por corromperlos. Puede ser maniqueísta, como dicen algunos, pero es todo o nada. Y será nada hasta reagrupar esfuerzos y replantearse estrategias hasta que el todo sea una realidad. Salvo el Poder todo es ilusión. Esa es una verdad a toda prueba.

En el momento que Correa empiece a torcer el camino serán las organizaciones populares y nuestras acciones las que demuestren que no estamos dispuestos a hacer concesiones

El mismísimo momento en que hemos secundado, apoyado y/o participado de este proceso emprendido por el Presidente Correa ya lo hemos avalizado y hemos hecho importantes concesiones estratégicas. Nada, absolutamente nada del viejo estado sirve para la construcción del nuevo, quizás solo sus ruinas. Lo demás sería como cargar la peste del muerto para que nos aborden gusanos.

Ya el PCMLE, el MPD, Socialistas y Pachakutic apoyaron al régimen del Coronel Gutiérrez, aquel al que se le rebosaban las babas por mostrarse como un vil sirviente del imperialismo estadounidense. Obvio, Gutiérrez traicionó su programa de gobierno inicial, y las masas estuvieron ahí para “tumbarlo” y a cambio poner a Palacio, que no era igual al Coronel, pero que en definitiva era lo mismo.

Con Palacio se agudiza la crisis del Estado, y la burguesía no es tonta, -de ninguna manera-, crea las condiciones de participación de la burguesía burocrática porque entiende que eso le permite reestructurar el Estado y por otro lado calmar la agitación de las masas que con correcta dirección podría desbordar en un proceso insurreccional con alcances impredecibles. Y ahí entra la figura de Correa, de la izquierda y de un falso movimiento antiimperialista subregional en América del Sur.

Entonces preguntamos nosotros compañero, ¿las masas cabalgadas por el revisionismo reaccionarán para demostrar que no se harán concesiones?, ¿cómo?, ¿poniendo otro payaso con un discurso más radical que el de Correa o volverán al péndulo que ha marcado la vida política del país desde hace aproximadamente 30 años al alternar con la burguesía compradora mas cuando ahora la derecha busca la manera de sensibilizar su comportamiento, sino veamos el cambio estratégico que operan burgueses como Nebot?

Pero lo más grave de todo, es que usted habla de concesiones. Uno las hace cuando definitivamente ha ganado algo y por alguna razón sufre un revés. ¿Qué diablos es lo que ha ganado objetivamente nuestro pueblo como para pensar que lo pierda parcial o totalmente?

Sí, buscamos el socialismo, pero no aquel que fracaso en la unión soviética, en china, en Vietnam ni aquel que tienen en Cuba.

Hay que investigar. El presidente Mao sostenía que solo tiene derecho hablar aquel que investiga, Y nosotros añadimos algo más, no solo tiene derecho hablar el que investiga, sino también aquel que pone en práctica lo que pregona.

¿Acaso fracasó el socialismo en la antigua URSS? ¡Improbable!. Desde 1917 hasta 1956 la URSS de haber sido un extenso territorio monárquico y feudal paso a convertirse en la segunda potencia económica, política y militar del planeta, y solo el basamento de la dictadura del proletariado que se sostuvo desde Lenin hasta Stalin posibilitó esos alcances, y eso tiene más mérito aún cuando la URSS enfrentó dos Guerras Mundiales. Es a partir del XX Congreso del PECUS la contraofensiva burguesa burocrática (similar a la que actualmente construye Correa) se encargo de revertir el proceso del socialismo. Es la dialéctica. El capitalismo lleva como trescientos años y no termina de consolidarse en el mundo. En el Ecuador en pleno siglo XXI y seguimos teniendo remanentes feudales propios del medio evo arando cientos de miles de propiedades inferiores a una hectárea con yunta mientras el capitalismo sigue en pañales, a la final a la burguesía y terratenientes ecuatorianos les sirve mejor así.

Lo de Vietnam y de Cuba, pues de igual manera. Recordemos que en el caso de Cuba antes de declarar la revolución cubana como socialista primeramente Castro fue a ponerse a las órdenes de los EEUU y en un momento de decisiones respecto de EEUU o URSS optó por hacer ulteriormente la declaratoria de revolución socialista. No diferente Vietnam, colonia Francesa, feudal, donde la contradicción principal era nación-colonia. Lastimosamente se diluyó en la dilucidación de esa contradicción.

La revolución socialista ecuatoriana será una revolución ceñida a nuestro devenir histórico, dialéctico, con las serie de elementos propios de una identidad que esta en permanente construcción que nada tiene que ver con la Rusia de los zares, la Cuba de Batista o Vietnam de los Franceses. La revolución socialista en el Ecuador será creadoramente ecuatoriana cimentada en fundamentos plenamente definidos: Dictadura del proletariado, tránsito ininterrumpido al comunismo.

Creemos en un socialismo que debe evitar convertir al Partido en la burguesía del socialismo, o aquel en que se perseguía a los homosexuales o a la religión.

Creemos en un socialismo que permita la libre expresión incluso de las clases burguesas, pero eso no significa que no estemos en la capacidad de que con nuestros argumentos demostremos la justeza de nuestras afirmaciones y desenmascaremos las de ellos.

Cuando el Presidente Mao emprendió con la Gran Revolución Cultural en China entendió plenamente ese problema, el del burocratismo y cómo esta desviación atiza al interior del socialismo la lucha de clases. Sí, la Revolución Cultural fue lucha de clases en el seno del socialismo, entre aquellos que emprendían por consolidar la dictadura del proletariado y los otros, los que se afianzaron en el aparato burocrático del estado dando forma a la nueva generación de burgueses burócratas dentro del socialismo.

La garantía de que miembros del Partido no se conviertan en la nueva burguesía en el socialismo la marca la lucha de clases y la aplicación implacable del principio de que el principal peligro de la revolución es precisamente el revisionismo.

Aquello de perseguir homosexuales o a la religión resulta relativo. Pues si los homosexuales, los heterosexuales o los religiosos son contrarrevolucionarios pues claro que deben ser perseguidos y reeducados. ¿Acaso con el artificio del libre culto (que en nuestras constituciones solo consagran la posibilidad de creer y no de no creer) puede permitirse que en las entrañas de los templos se acuñe la contrarrevolución? Analicemos algunos factores importantes de la Iglesia incluidos los de la Teología de la Liberación. ¿Acaso los curas social revolucionarios que se comprometían con las reivindicaciones populares no fueron perseguidos por la iglesia y estados conservadores? Acordémonos de e Ernesto Cardenal en Nicaragua. Miremos Colombia, ¿acaso Camilo Torres, Manuel Pérez M, Álvaro Ulcué Chocué (Sacerdote indígena del Cauca) y otros religiosos no fueron perseguidos y dados muerte por pretender hacer la revolución aun con la sotana puesta? ¿Acaso la mundial persecución de musulmanes criminalmente estimulada por los EEUU no lleva implícita la persecución a todos quienes luchan contra el imperialismo? Entonces qué vemos sino que la religión puede guardar en sus seno una doble intención, en unos casos afable a los intereses de las masas y de los países y en otros aliada a la contrarrevolución y al imperialismo. Curiosamente la lucha de clases no siempre se presenta de manera abierta, sino que utiliza contradicciones de otro orden para manifestarse y a menudo las luchas religiosas, de género, tribales, ecologistas, etc. etc., son expresiones de los antagonismos de clase.

Usted compañero habla de permitir la “libre expresión” Y nosotros preguntamos ¿verdaderamente existe la libertad de expresión? La libertad de expresión no existe en tanto y en cuanto un pronunciamiento lleva la carga de una intención dual y binaria. Esto sin desestimar la clase o sector que es dueño de un medio de prensa. Pero por favor hay que entender una y mil veces que el socialismo no es eliminación de las clases donde todos compartimos propósitos unitarios, el socialismo es dictadura del proletariado contra los remanentes burgueses que perviven en el nuevo Estado. En el capitalismo burocrático como el que se desenvuelve en el Ecuador la dictadura es burgués terrateniente, y las masas tienen relativa libertad de expresión siempre y cuando esas expresiones no trastoquen el estatus quo. Lo mismo es en el socialismo, mientras la burguesía es reeducada podrá expresarse siempre y cuando no pretendan trastocar con sus gritos el status quo socialista. Es justo ¿no?

Creemos en un socialismo que no limite la cultura a una simple repetición del realismo social, sino que permita la amplia libertad de todas las expresiones de cultura, incluso las burguesas y decadentes, pero nos arrogamos el derecho a crear una cultura que permita inyectar valores socialistas y ganar en la practica los argumentos culturales de la derecha.

Con todo respeto compañero al parecer lo que usted pregona es aquella trillada frase de N. Jrushov, la “coexistencia pacífica”, y eso no existe, es falso, es idealismo burgués. La cultura no es una abstracción de lo social. Por el contrario, la cultura tiene una base social y material, consiguientemente ésta refleja la manera de cómo vivimos, de cómo producimos y aun de cómo luchamos.

En definitiva no hay cultura fuera de la lucha de clases, pretender ver la cultura de esa manera es hacer como “aquel tonto que se tiraba de los cabellos para pretender levantarse del suelo”

Por qué en vez de plantear oposición al régimen al igual que lo hace la partidocracia no participan de la Asamblea como los ex guerrilleros de AVC?.

Hace pocos días un canal de televisión hacía una entrevista a Antonio Navarro, ex miembro de la dirección nacional del M19 y posterior Presidente de la Asamblea Constituyente de Colombia. Participó al igual que ahora pretenden hacerlo Cuvi, Frías y alguien más por ahí. Entonces nosotros preguntamos, ¿cambiaron las condiciones de vida de los colombianos a partir de la Constituyente? ¡Por su puesto! ¡Pero para mal. No hay que olvidar que el actual carnicero de Colombia, Uribe, fue ¡hijo de esa Constituyente!

En el caso de los ex miembros de AVC consideramos que buscan protagonismo pues su ideario no responde a las condiciones históricas del país. Un hombre no es lo que fue, sino lo que es, y estos señores no dejan de ser unos oportunistas que buscan protagonismo político y no más. No compartimos de ninguna manera el proyecto político que esgrimía AVC a su tiempo, veinte años atrás, sin embargo Jarrín, Merino, Vásconez, Moncada, Regalado, Benavides, Basantes, Acosta, Flores, Barahona,…………..y otros valiosos social revolucionarios deben estar “revolcándose en sus tumbas” “al ver” que sus ex compañeros se tome el esfuerzo, el nombre o la memoria de lo que en vida fue AVC para direccionarlo o utilizarlo de la manera como ahora lo están haciendo.

No participamos de la Asamblea porque no creemos en ella. Porque tenemos la certeza de que los cambios constitucionales no solucionan el problema de las masas. No dirimen las relaciones de producción y sobre todo no dan salida al problema fundamental de todas las luchas: el Poder, y la tarea central de nuestro Partido es precisamente esa, la captura del Poder por medio de la guarra Popular.

Hay partidos como el MPD y el PCMLE que apoyan al régimen y también han hechos su aporte a las luchas del pueblo como es el caso del compañero Hurtado que murió por nuestro pueblo.

El MPD, y el PCMLE son revisionistas. Cuarenta y tantos años planificando la revolución, pero no arriesgando el pellejo sino las hemorroides en el Congreso o en los Ministerios después de las reparticiones de cuotas con determinados Gobiernos.

Son revisionistas y oportunistas porque trafican con las luchas del pueblo. Hagamos la revolución popular, vote por el MPD. Vaya revolución.

A pesar de que nunca renunció a la farsa electoral es indiscutible que el Dr. Hurtado trabajó arduamente por concretar reformas estatales y luchar por las reivindicaciones de las masas, tanto así que la burguesía empezó a ver en él un peligro a sus intereses y lo asesinó. Pero ojo, hay que reconocer históricamente que Pablo Tapia y Wellington Borja también fueron importantes luchadores populares y que murieron en el mismo atentado criminal. Entonces preguntamos una vez más. ¿Qué hicieron sus coidearios ante este crimen imperdonable? Salvo cobijarse en el Congreso para “exigir” el esclarecimiento del crimen NADA, ABSOLUTAMENTE NADA. Perdón, se nos pasó por alto, les encargaron a los “lobos” a que averigüen ¿quién se comió las ovejas?, es decir, le pidieron a la Policía que esclarezca el crimen cuando miembros de esa institución estuvieron algún grado de responsabilidad en los asesinatos ya que uno de sus informantes fue autor material. Pero veamos los alcances de estos “revolucionarios” inclusive en términos de consecuencia con sus líderes asesinados:

Hace algunos meses nuestro Partido detectó la presencia de uno de los asesinos: Sergei Merino en el Edificio Winston Churchil, ubicado en la plaza del mismo nombre en la avenida Gonzáles Suárez de la ciudad de Quito. Inmediatamente remitimos personalmente dicha información a un diputado del MPD (Erazo) quién no le dio en absoluto importancia alguna ya sea porque le asustó enfrentar la responsabilidad de manejar la información o porque le resultaba más importante las trivialidades de sus funciones como mecenas del pueblo en el Congreso.

De igual manera hicimos llegar sendas comunicaciones al PCMLE y resultado es obvio, Sergei Merino sigue libre cargando a cuestas la sombra de Jaime Hurtado, Pablo Tapia y Wellington Borja.

Desinterés, cobardía, falta de memoria con sus luchadores, todo es posible cuando el ideario revolucionario pasa primero por el filtro de la cloaca electoral y parlamentaria.

Nada, absolutamente nada que tolere el viejo estado sirve para la revolución. Estos partidos, al igual que Pachakutic, el Partido Socialista son parte del cortejo democrático del viejo estado, gárgolas del templo burgués terrateniente. Confirman su condición como sistema de gobierno y nunca, nunca serán consecuentes con sus postulados. Desde luego, esto no niega que en sus entrañas haya hombres y mujeres honestos que verdaderamente creen en la revolución y que como topos trabajan al interior de esos partidos en la búsqueda de redireccionar sus designios en aras de reivindicar la lucha social revolucionaria antiimperialista.

Es la primera vez que un gobierno hace lo que está haciendo el actual se debería apoyarlo mientras cumpla con su programa de gobierno.

La dictadura burgués terrateniente ha entendido a lo bruto que el modelo de gobierno que ha venido utilizando desde hace décadas está complicando seriamente su forma de detentar el Poder. Es decir, cada vez es más difícil mantener dicha dictadura. También ha entendido que la corrupción y la utilización circense de las instituciones de la democracia no le rinden los frutos necesarios para consolidar sus posiciones, por el contrario, le perjudica.

Esta burguesía también ha entendido que sostener regímenes del corte tiránico como el de Febres Cordero, o demasiadamente lambón y entreguista como el de Gutiérrez, o quizá sinvergüenza y cobarde como el de Mahuad también le perjudica, entonces ahí la figura de “renovar” sus métodos, sus fórmulas dándole a la democracia participativa burguesa un nuevo rol que le permita REESTRUCTURAR EL ESTADO y retomar la figura de la “democracia” como el “modelo de sociedad” que “conviene” a los ecuatorianos.

Ajustar la dureza con la que han venido robando, explotando, dominando, a un régimen “tolerante”, que “abre las puertas de la participación ciudadana”, que se atreve a lanzar berrinches a las transnacionales y una que otra mueca al imperialismo resulta refrescante ante una democracia desértica de objetividad en torno a las masas y el Poder.

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