A las organizaciones políticas, sociales y de derechos humanos de Chile y Brasil

EL FPMR A LAS ORGANIZACIONES POLÍTICAS, SOCIALES Y DE DERECHOS HUMANOS DE CHILE Y BRASIL

Estimados Compañeros y Compañeras:

Por medio de esta comunicación el Frente Patriótico Manuel Rodríguez, hace extensiva a todas las organizaciones sociales y políticas de Chile, Brasil y el resto del continente y el mundo, la necesidad de solidarizar internacionalmente con nuestro hermano Mauricio Hernández Norambuena “Ramiro”, quien desde febrero del año 2002 se encuentra prisionero en Brasil en condiciones aberrantes, lo mismo que los demás luchadores que junto a él fueron detenidos.

El compañero “Ramiro” es un antiguo y destacado miembro del FPMR, y que en dicha calidad participó en diversas acciones contra la dictadura de Pinochet, quien como es sabido, murió por causas naturales sin haber sido condenado por ninguno de los crímenes contra la humanidad cometidos por sus aparatos represivos.

El primero de Febrero de 2002 Mauricio Hernández es detenido junto con los compatriotas Alfredo Canales Moreno y Marco Rodríguez Ortega, además de los compañeros colombianos, Marta Urrego Mejia y William Gaona Becerra, y la argentino-española Karina Germano López, en la localidad de Sierra Negra, Sao Paulo. Todos acusados del secuestro de Washigton Olivetto, ejecutivo publicitario brasileño.

Al momento de su detención, Mauricio se encontraba abocado a tareas de carácter internacionalista junto a militantes del MIR-EGP de Chile. La acción concreta por la cual él y los otros compañeros chilenos son apresados, tenía objetivos de contenido político que tienen que ver con la profundización de la lucha revolucionaria en el continente, lucha que no tiene fronteras y exige la unidad y la cooperación entre los revolucionarios.

Al menos dos de los compañeros fueron torturados en dependencias policiales distintas, tanto en la localidad de Amparo, como en la ciudad de Sao Paulo, denuncias formales de ello quedaron registradas ante la Comisión de Derechos Humanos de la Orden de Abogados de Sao Paulo, el Grupo Tortura Nunca Más y el de Grupo Acción de Cristianos contra la Tortura.

Los cuatro detenidos hombres fueron trasladados a la Cárcel de Alta Seguridad Anexo de Taubate, el 4 de febrero de 2002, donde permanecieron aislados por completo por más de seis meses sin comunicación entre ellos, sin acceso a prensa ni a literatura, con visita solo de familia directa y con máximas restricciones en lo referente a artículos de aseo, vestuario y alimentación, colocándoseles en condición de Régimen Disciplinario Diferenciado (RDD).

La cárcel de Taubate es por decirlo así una cárcel de castigo para presos conflictivos, y con su permanencia allí se produce una gran arbitrariedad contra los compañeros, ya que ninguno de ellos había cometido falta grave o menor al interior del Régimen Penitenciario, y además todos permanecieron más del doble del tiempo legalmente permitido para estar en Taubate. Taubate ha sido condenada sistemáticamente por los Organismos de Derechos Humanos Internacionales y por la propia Comisión de Derechos Humanos de la Orden de Abogados de Brasil como un lugar que atenta contra la integridad física y psicológica de los que permanecen allí.

Mauricio Hernández Norambuena, permaneció en dicho lugar por más de un año, hasta Marzo de 2003, y fue trasladado a la Cárcel de Alta Seguridad Presidentes Bernandez, manteniendo las mismas restricciones que en la Cárcel de Taubate.

En Julio de 2002 la Jueza Kenarik Bowijikian Felipe, que llevó el caso en Primera Instancia, sentenció a 16 años de Prisión a cada uno de los detenidos, reconoció la Motivación Política del “delito” y aplicó un Régimen Penitenciario Abierto, después de los dos primeros años. Si este fallo se dio es en parte por la información y difusión que el FPMR hizo a la opinión pública nacional e internacional, y diversos materiales que fueron incorporados a la defensa de los compañeros, lo mismo que los esfuerzos realizados por familiares y amigos.

Sin embargo, en Noviembre de 2003, el Tribunal Superior de Sao Paulo, que revisaba el caso para un resultado de Segunda Instancia, sentencia a los seis detenidos a 30 años de prisión, y establece el cumplimiento de la condena bajo un régimen penitenciario cerrado (RDD), agregando al Delito de Secuestro, el de Formación de Cuadrilla y Tortura; es decir, el Tribunal Superior de Sao Paulo acogió en su totalidad las peticiones de la Fiscalía.

Entonces, por 5 años Mauricio ha sido en general mantenido sin provocación de su parte al más severo y cruel régimen penitenciario. Posteriormente es trasladado a la Penitenciaría "Dr. Paulo Luciano de Campos" - Avaré I de Sâo Paulo, donde supuestamente tendría un régimen disciplinario normal. Sin embargo una vez más luego se tendría un trato especialmente duro, aplicándosele el denominado Régimen de Contención, que nuevamente conserva a Mauricio en un aislamiento total, sin contacto alguno con otras personas, no como debería corresponder a un Régimen de Convivencia, el cual es el aplicado a todos los otros presos en las mismas condiciones. Esto no hace más que agravar las ya precarias condiciones de encierro y alimentación que han deteriorado la salud del compañero.

Finalmente en Febrero 2007, es trasladado a la cárcel Federal de Catanduvas, en el estado de Paraná, bajo régimen de máxima seguridad y según relato de su abogado Alberto Espinoza, quien lo visito en ese mes, se encuentra en similares condiciones de Aislamiento de las antes expuestas, además de un visible deterioro físico y psicológico. Por ello en estos momentos se realiza una campañas nacional e internacional por parte de familiares, amigos y otros organismos en distintas partes del mundo, que en el caso de Mauricio exige flexibilizar su situación de encierro (la familia intentó su regreso a Chile por la vía de la extradición, pero el Presidente Lula Da Silva no la concedió).

Respecto a nuestra posición, buscamos dejar claro a las instituciones y al pueblo brasileño, que Mauricio no es un delincuente común, es un prisionero político, un revolucionario e internacionalista. Y como tal, merece el respeto a los derechos básicos que todo prisionero tiene incluso en tiempo de guerra, que en el caso de Ramiro han sido sistemáticamente violados por el Estado Brasileño, sometiéndolo a condiciones de encierro y aislamiento inhumanas, con un ensañamiento que pone en riesgo su integridad física.

Por eso hacemos este llamado a la solidaridad, la difusión e información sobre este asunto, para que en Latinoamérica y el mundo, especialmente la izquierda brasileña y las organizaciones populares de este hermano país, sepan que en Brasil existen presos políticos, y conozcan sobre las motivaciones, la ideología y las organizaciones que han guiado el accionar y la conducta de estos compañeros, y así generar condiciones para una mejor defensa política, judicial y humanitaria que logre dignificar su situación de encierro, y avance porque no, en la justa libertad de todos los luchadores internacionalistas detenidos.

Agradeciendo vuestra comprensión y apoyo, atentamente

Dirección Política Nacional
Frente Patriótico Manuel Rodríguez

Chile, junio 2007