Comunicado sobre La Parota

La Parota


Al pueblo de México:
Al pueblo de Guerrero:
Compañeras, compañeros:

En torno al claro y rotundo NO dado por los integrantes y simpatizantes del CECOP a la imposición y despojo que significa la construcción de la Presa La Parota, decimos lo siguiente:

1.- Felicitamos, de modo respetuoso, a todos los integrantes y simpatizantes del CECOP por el triunfo logrado. Hacemos un reconocimiento, también respetuoso, al Centro de Derechos Humanos de La Montaña, Tlachinollan.

2.- Es hora de festejar, pero también de serenar pronto los ánimos y de pasar a vigilar la reacción del gobierno y de sus allegados, ya sean de la CFE, de la policía, del ejército, de algunas autoridades ejidales, etcétera.

A partir de ahora, y quizá por mucho tiempo, será de vital importancia no caer en ningún tipo de provocación detrás de la cual se esconda la infame venganza del gobierno. Todo movimiento extraño que provenga del gobierno deberá denunciarse pronto y lo más ampliamente posible para desactivar cualquier intentona de desquite por parte de un gobierno que está declaradamente al servicio del capital. Nos referimos sobre todo a los niveles estatal y federal del gobierno.

3.- Pensamos que el gobierno debe aceptar su derrota y evitar el uso de medidas leguleyas y legaloides, así como todo tipo de acciones extrajudiciales, que tengan como finalidad imponer la construcción de la presa La Parota. De lo contrario sólo seguirá estrechando aún más los cauces legales y pacíficos a los que el pueblo tiene derecho para defender sus intereses. Jurídica y políticamente, el gobierno ha perdido limpiamente. Y sólo de un modo sucio el gobierno podrá revertir tales resultados.

4.- Por otra parte, a nuestro parecer, lo importante es que el CECOP tiene ahora la oportunidad de tratar de mantener el nivel organizativo logrado y aprovecharlo para impulsar un amplio proyecto de desarrollo social en la región.

En ese sentido, esta tarea seguramente será más difícil y tardía de lograr que lo que ha sido incluso hasta ahora evitar la imposición de la Presa La Parota. El CECOP deberá estar consciente de que ese desarrollo social hoy será una exigencia, una forma de presión "natural" o consecuente, por parte de quienes estaban inicialmente de acuerdo en vender sus tierras para la construcción de La Parota. Pero no sólo eso, es un deber que toda organización social seria tiene ahora, en el sentido de ser una alternativa social, cultural, ecológica, económica y política con relación a un gobierno que no los representa ni los quiere representar y que por lo tanto no es capaz de satisfacer ninguna de sus más elementales demandas.

El impulso de nuevas formas de desarrollo social es una tarea pendiente por parte del CECOP, so pena de permitir que el desarrollo capitalista agudice aún más el subdesarrollo social regional y la descomposición del tejido social, tanto en lo colectivo como en lo individual.

Esa tarea debe ser la primera, o por lo menos paralela, a la de tratar de impulsar otros objetivos más ambiciosos, en lo político, por ejemplo. Hacerlo en sentido inverso será caer en uno de los más grandes errores de los comuneros de San Salvador Atenco: sin consolidar o estructurar mejor su trabajo organizativo en base al desarrollo social, en el sentido más amplio posible, pretender impulsar acciones políticas que aún no correspondían al momento histórico local ni estatal ni regional ni nacional ni internacional.

La clave está —pensamos— en educar al pueblo, sí, pero al mismo tiempo en darle la oportunidad de tener mejores oportunidades económicas concretas, de modo que la colectivización no sólo sea una cuestión "teórica" sino sobre todo "práctica". Y este asunto es sumamente complejo y difícil de conseguir, pero necesario e impostergable. Es un reto revolucionario en la forma de pensar y actuar.

5.- Finalmente, lo acontecido ahora en el estado de Guerrero, sin caer en chovinismos e indigenismos ocultos y absurdos, demuestra que lo nuevo no sólo se encuentra en zonas geográficas del país ya muy publicitadas. En todo el país se están presentando nuevos escenarios y de todos ellos hay muchas cosas que aprender.

Además, y esto es a nuestro parecer lo más importante de este punto, en Cacahuatepec se ha demostrado plenamente que la mejor lucha social que puede dar el pueblo mexicano es aquella que hace uso, de modo ingenioso y creativo, cuidadoso y conciente, de todas las formas de la lucha popular

En Cacahuatepec se ha demostrado que esas concepciones sectarias y dogmáticas que plantean que sólo debe verse hacia un "abajo" muy acotado, son insuficientes para la lucha social pacífica. Al contrario, lo mejor es impulsar la mayor de las alianzas posibles, pero sin perder jamás la dirección del movimiento social, lo cual implica abordar de una manera objetiva el hecho de que la lucha de clases está presente en todo momento y de que el triunfo en ella es sobre todo una cuestión de capacidad política, y no únicamente de una moral unilateral, una tramposa moralina. Cuando se es ingenuo políticamente y se confía en que el oportunismo se aliará con nosotros por mero amor a nuestra causa lo único que devendrá será la derrota y el lastimero llanto por la "traición" sufrida.

En resumen, en un movimiento social se debe luchar por asumir la conducción política del movimiento, abiertamente, con un ejercicio ético crítico en la práctica política, o sea, con honestidad. Se debe elevar el nivel de conciencia política de todos los compañeros del movimiento, de manera que todos ellos participen verdaderamente en las decisiones fundamentales de la lucha. Y no se deben escamotear o esconder las hasta ahora inevitables relaciones dirigentes-dirigidos existentes en toda "socialidad"; por el contrario, deben explicárseles a todos los compañeros de base para juntos trabajar de manera conciente en atenuarlas y hacerlas más democráticas y humanas. Los dirigentes sociales deben disputarle la conducción política de todo movimiento popular a las oportunistas fuerzas del PRD o de cualquier otro partido político, a menos que siga en la creencia religiosa de que el poder político no sirve para nada, cuando el poder es eminentemente un producto social y, por lo tanto, transformable, mejorable y revolucionable por parte de mejores seres humanos.

Esa es la cuestión principal: asumir nosotros mismos el destino de nuestras vidas, individuales y colectivas, o dejárselo a los oportunistas, embozados y declarados, del poder político. Esa es una de las lecciones que en esencia nos dejan los compañeros del CECOP.


Acapulco de Juárez, a 16 de agosto de 2007.

¡Por la Revolución Socialista y la Liberación Nacional!
¡La Lucha Popular Revolucionaria!
¡Patria Libre!
¡Y Socialista!

Fuerzas Armadas Revolucionarias del Pueblo
FARP