Cartilla para militantes Nº 3

MONTONEROS
JOSÉ SABINO NAVARRO

CARTILLA PARA MILITANTES N° 3

En la anterior habíamos analizado cómo se dio el proceso histórico de 1943 a 1955 y cómo ese Movimiento que era expresión política de sectores sociales distintos y unidos tras un proyecto común, comienza a resquebrajarse y a producirse en su seno mismo la lucha de clases de la sociedad en su conjunto.

Es ese debilitamiento como frente lo que produce el golpe gorila de 1955. Y la diferencia de actitudes respecto al golpe gorila simboliza algo más profundo: la concepción del peronismo que va practicando la clase obrera y el pueblo y la concepción del peronismo de burgueses y burócratas a su servicio. Mientras la clase obrera desafiando tanques y uniformes vendepatria ganan la calle; se agolpan frente a la C.G.T. para pedir armas con la decisión y el coraje de defender lo suyo, aquellos "burócratas" hablaban por las radios oficiales para pedir pacificación, para decir con Lonardi "que no había vencedores ni vencidos".

La clase obrera y el pueblo sabían que había vencedores y que había vencidos. Y que los vencidos eran los trabajadores y los vencedores el imperialismo y la burguesía monopolista aliados a los enemigos de siempre: la oligarquía vacuna y reaccionaria.

El proceso abierto en el seno del Peronismo en 1952 no quedó encerrado en una especie de "conservadora" histórica, sino que -por el contrario- prosiguió su desarrollo agudizando estas contradicciones, abriendo cada vez más dos líneas, dos tendencias que tendrán expresión real en estos 18 años de lucha: la tendencia INTEGRACIONISTA y la tendencia REVOLUCIONARIA. La una como realidad de alguna manera consolidada, dominando los aparatos del Movimiento y ejerciendo -a pesar de su expresión minoritaria- la hegemonía del Movimiento. La otra, con una presencia combativa y multitudinaria pero espontánea, desorganizada, "invertebrada" como justamente gustaba caracterizarla el gordo Cooke. Dichas tendencias-y lo hemos dicho muchas veces- no expresan diferencias de matices dentro del Movimiento sino que son realidades antagónicas porque responden a intereses contrapuestos e irreconciliables. En la primera anida la "muerte" del Peronismo, en la segunda anida el germen de la revolución inconclusa que significa el Peronismo para la clase obrera y el Pueblo.

a) CARACTERIZACIONES ECONÓMICAS GENERALES DE LA ETAPA GORILA (1955-1973)

- A partir de 1955 se producen modificaciones sustanciales en la estructura económica social del país que traen como consecuencia directa una agudización de la lucha de clases. En las clases dominantes un nuevo campo de intereses permite la estructuración de una nueva alianza de sectores compuesta por la gran burguesía monopolista asociada cada vez más al capital extranjero y la oligarquía terrateniente. Esta nueva alianza se caracterizará por los constantes conflictos entre sus componentes corrió reacción a la rebeldía de las fuerzas populares y a la lucha interna por la hegemonía de dicho frente. Estos conflictos estarán reflejados directamente en los planes económicos aplicados desde 1955 donde burguesía industrial y oligarquía lucharán por acentuar su predominio y pujarán por obtener la mayor cuota de beneficios.

- Una característica muy importante en esta etapa es el comportamiento del nuevo imperialismo ejercido principalmente con el liderazgo de los Estados Unidos. El imperialismo deja de ser un factor fundamentalmente "externo" para transformarse básicamente en "interno", en pivote estructural de la economía. Ya no se da como en los tiempos de la oligarquía vinculada con el imperialismo inglés en que éste se asemejaba a una "bomba de-succión" accionada desde afuera. Por el contrario, los intereses imperialistas se han metido dentro de nuestra estructura económica-social, se ha "interiorizado" mucho más, fusionando el imperialismo con la estructura productiva local más desarrollada. El capital extranjero controla los centros más dinámicos de la actividad industrial, constituyéndose en factor de decisión desde la vida interna del país. Son miles y miles, los obreros que trabajan en las fábricas con tecnología más avanzada, pertenecientes al capital extranjero. Y esto es muy importante percibirlo, pues, sino la lucha antiimperialista, la consigna Liberación o Dependencia, queda reducida a un puro formalismo.

- Como consecuencia del predominio del capital monopolista tenemos otra característica importante a señalar: el empobrecimiento creciente de importantes sectores de la capa media del empresariado por un lado y por otro, la subordinación de muchos a los dictados del gran capital. Entre estos últimos debemos ubicar a José Ber Gelbard y Julio Broner, capitostes de la C.G.E., que no representan el empresariado nacional empobrecido, sino al que negoció su ingreso en la órbita del capital imperialista. La etapa marca este proceso donde el empresariado nacional medio, débil económicamente, ve amenazada su subsistencia como clase: ante el avance de la burguesía industrial más eficiente. Esa burguesía media amenazada se aterra, así, a la ideología del "desarrollismo" en sus distintas variantes como la posibilidad más real de negociar su dependencia. Uno de los puntos máximos de este proceso se da cuando se fusionan los intereses monopólicos con el poder del Estado, en la autodenominada "revolución argentina".

Podemos afirmar que desde 1955, el hilo conductor del proceso de la historia del país pasa por la acumulación de poder económico y político en manos imperialistas, por el debilitamiento progresivo de la burguesía nativa que deja las banderas antiimperialistas en poder casi exclusivo de los trabajadores y el pueblo peronista.

Como expresaba el Documento que acompañaba el histórico Programa de Huerta Grande, la clase obrera y el pueblo peronista va experimentando que NO HAY LIBERACIÓN NACIONAL EN LOS MARCOS DEL SISTEMA CAPITALISTA. La contradicción nación-imperialismo que subsiste no es tal cual se daba en 1945, sino que se manifiesta más complejamente. Esta afirmación, no lleva a decir que la contradicción es burguesía-proletariado como lo expresan muchos esquemáticos, pues, también sería pecar de un simplismo con graves consecuencias políticas. Precisamente, el aferramiento por parte de los grupos revolucionarios a una (nación-imperialismo) o a otra (burguesía-proletariado) de las contradicciones sin un riguroso análisis de la realidad argentina y asumidos sin reflexión, ha traído como consecuencia que -dichos grupos- cayeran o fueren proclives a caer en un populismo intrascendente que se agota en lo coyuntura!, no aportando nada a las masas en el primer caso o en el descuelgue elitista con separación real de las masas en el segundo.

Es este proceso que caracterizamos, el que perfila, el que define a los protagonistas centrales de la lucha de clases: por un lado, EL CAPITAL MONOPOLISTA; por otro, LA CLASE OBRERA INDUSTRIAL En la base de este proceso, un desarrollo económico que se propone el reemplazo de mano de obra por capital y que llevó a una agudización creciente de la lucha de clases.

Este proceso que se va dando en el campo de los intereses económicos, comienza a manifestarse también en el campo de la política. La resistencia de la clase obrera a los planes de las grandes patronales convierte al Peronismo "en el hecho maldito del país burgués", a pesar de la tendencia integracionista que usufructuará estas luchas, que se montará sobre su combatividad, que negociará constantemente. Cada vez más, esa clase obrera y ese pueblo peronista expresará no sólo la necesidad de forjar su organización, su propio Peronismo sin burgueses ni traidores, sino también marcará la tendencia a exigir-más práctica que teóricamente- una resolución socialista de la crisis argentina.

b) CARACTERIZACIÓN POLÍTICA GENERAL DE LA ETAPA GORILA (1955-1973)

Esta será una visión parcial. Hemos dicho que uno de los caracteres de la alianza que toma el poder en 1955 fue la puja entre las distintas fracciones que la componen por ejercer la dirección del proceso, uniendo sus intereses económicos al poder del Estado. Estas pujas producen una serie de marchas y contramarchas que giran en torno al problema del Peronismo. Evidentemente, al peronismo combatiente y revolucionario, al peronismo de las bases y descamisado. Represión o Integración fueron las respuestas alternativas de los defensores del sistema.

Convendría dar -antes de proseguir- dos características importantes de "descular":

- Hemos dicho que toda esta etapa está signada por un predominio de la gran burguesía industrial monopolista y es real. Pero este predominio no está exento de debilidad. El predominio es fundamentalmente económico (salvo la etapa Onganía) y ha tenido serias dificultades para transformarla en hegemonía política. Por sus caracteres como fracción de clase, estos sectores no tienen un partido político que los represente directamente. Actúa por intermediarios, tiene fuerza para imponer ministros y funcionarios, para dictar políticas, pero ha fracasado en su afán de dar una política general para el país y especialmente para el conjunto de las clases dominantes. Es por esto que su tarea fue captar a los militares (incorporándolos a sus negocios en función gerencial) y a los burócratas sindicales. Esta debilidad se manifiesta en las dificultades por consolidarse en el poder y que está, en relación directa, con el grado de conciencia de la clase obrera expresada en el peronismo de las bases.

- La burguesía empresarial media desarrollada en la estructura dependiente argentina, es débil económicamente, más tiene una fuerza potencial que no puede ignorarse. Y esa fuerza es su posibilidad de neutralizar -aunque sea en ciclos cortos- la agudización de la lucha de clases. Es así, que cada vez, que la burguesía monopolista ha debido "ceder" terreno ha recurrido a este sector para que actúe como "colchón" para amortiguar el enfrentamiento. Y ésta es su arma para negociar su dependencia, para prolongar su existencia, para tener un lugarcito bajo el sol del gran capital.

Y es de esta última que queremos hablar. Así, es importante analizar la experiencia Frondizi que parecen haber olvidado los que asumiendo el Peronismo "desde arriba", creen posible plantearse una liberación nacional donde la clase obrera -a pesar de las declaraciones formales- no tiene un papel protagonice que vaya cuestionando al sistema capitalista mismo.

Porque Frondizi se presenta a la palestra electoral de 1958 con un programa de desarrollo nacional independiente, logrando hegemonizar a los sectores de la burguesía media. También entonces se hablaba de "burguesía nacional" y de "frente dé clases". Se hablaba de una burguesía nacional inmutable, eternamente igual a la de 1945. Se hablaba de Liberación y el partido comunista se alegraba porque se ponía en ejecución su tesis invariable y quedantista.

Y esa burguesía empresarial entra por el aro. Sus cúspides trenzan con el capital monopolista, sus expresiones más débiles sucumben y deben ir a la quiebra.

Cooke se pregunta ¿es acaso la defección de Frondizi? Y dice: "un hombre puede defeccionar por mil causas, pero no un grupo o fracción de clase". Es decir, esa burguesía vernácula limitada por su escaso poder económico debe morir o pactar con los sectores pro-monopolistas vinculados al imperialismo.

Lo entendían así Perón y Cooke cuando en nombre del Consejo Superior negaban, en el manifiesto celebrando el triunfo electoral, que el nuevo gobierno pudiere cumplir la profunda transformación que anunciaba su programa, por entender que los objetivos de la liberación nacional eran inalcanzables para las fuerzas sociales que componían el frondizismo: "la burguesía industrial había evidenciado su flaqueza y su proclividad a la capitulación ante el imperialismo".

Perón sintetiza esa experiencia con estas palabras: "Y PORQUE BUSCAMOS EL PODER PARA ESA CLASE MAYORITARIA ES QUE DEBEMOS PREVENIRNOS CONTRA EL POSIBLE ESPÍRITU "REVOLUCIONARIO" DE LA BURGUESÍA".

O aquellas otras, tan lapidarias, que sin duda deberá repetirlas a Don José Ver Gelbard: "ES QUE UNA VEZ MAS EL GOBIERNO DE LA BURGUESÍA DEMUESTRA SU FRACASO EVIDENCIANDO SU INCAPACIDAD PARA GOBERNAR LO INERTE Y SU FALTA DE DIGNIDAD Y VALORES MORALES PARA CONDUCIR LO ÚTIL".

Y no se equivocarían. Todos sabemos lo que pasó con la experiencia "nacional" de Frondizi y todos sabemos que pasó con todos los predicadores de la "integración". El Peronismo descamisado y montonero estuvo en las calles, se aguantó el Conintes y triunfó el 18 de Marzo en una elección contundente que arrancó a Frondizi del sillón, como necesidad de la clase dominante de reacomodar las cargas.

La otra experiencia de este sector fue Illia. Los radicales en la oposición desempolvaron el antiimperialismo yrigoyenista y se presentaron a las elecciones con banderas "nacionales" (ruptura con el Fondo Monetario Internacional, desconocimiento de los contratos petroleros, etc.). E Illia -que con todo fue un fiel reflejo de esa burguesía media sin fe en sí misma (quizá por eso su signo fue la tortuga)-después de unas cuantas arengas antiimperialistas, se quedó en el regazo del F.M.I., hizo arreglos "generosos" con los consorcios petroleros y volvió al sistema de concesiones.

Su debilidad es total y cae. Una vez más se prueba para la clase obrera y el pueblo peronista perseguido políticamente y hambreado económicamente que LA LIBERACIÓN NACIONAL ES INDIVISIBLE DE LA LIBERACIÓN SOCIAL Y desde que son indivisibles, NO HAY POSIBILIDADES DE NACIONALISMO BURGUÉS.

Y esto porque la contradicción fundamental durante este proceso es -precisamente- capital monopolista versus clase obrera industrial. Es porque en esa contradicción, donde se va cimentando el nuevo contenido que la clase obrera y el pueblo le va dando a su Peronismo como "el hecho maldito del país burgués"; donde sobre la experiencia vivencia! de la clase trabajadora se va inscribiendo, aun confusamente, la exigencia de una resolución socialista de la crisis argentina; donde se pone en cuestión el aferramiento de seguir pensando -por ingenuidad u oportunismo- en un supuesto Movimiento Peronista Unitario como sujeto histérico-político de la Revolución en Argentina. Para nosotros ese sujeto histórico-político ha comenzado a ser la Clase Obrera y el Pueblo Peronista como el único peronismo a la altura de las exigencias históricas, enfrentado a muerte con el peronismo burgués y claudicante, que no cesa en su objetivo de integrarlo al sistema para salvar al sistema.

Dejamos para la próxima cartilla, el análisis de la autodenominada revolución argentina que esclarecerá más estas dos interpretaciones del peronismo que estamos analizando.

"LA PAZ PERONISTA ES HACER LO QUE EL PUEBLO QUIERA"
(Evita)

PERÓN O MUERTE
Viva la Patria

MONTONEROS JOSÉ SABINO NAVARRO
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FUENTE: “MILITANCIA PERONISTA PARA LA LIBERACIÓN”, Nº 26.