Homenaje a los héroes y mártires de la Comisión Néstor Paz Zamora

HOMENAJE A LOS HÉROES Y MÁRTIRES DE LA COMISIÓN NÉSTOR PAZ ZAMORA

Por Patria Insurgente

El accionar de la Comisión Néstor Paz Zamora (CNPZ), a inicios de la década de los 90, no fue un hecho secundario en la resistencia al neoliberalismo, que se había implantado desde 1985. Fue uno de varios frentes de lucha de nuestros pueblos.

Durante cinco años, en el interior de las organizaciones de izquierda, se discutió la importancia de llevar adelante varios mecanismos de resistencia a la política neoliberal, tomando en cuenta la desastrosa experiencia de la Unidad Democrática y Popular (UPD) y del aplastante triunfo de las expresiones políticas de derecha en las elecciones de 1985 y 1989.

UDP

La UDP, junto al FRI y luego el PS-1, fueron las expresiones democráticas que logró articular el movimiento popular, una vez derrotada la dictadura militar de Banzer (1971-1977). De estas expresiones electorales, la que más respaldo logró en las elecciones de 1978, 1979 y 1980, fue la UDP. Las elecciones de 1978 fueron a nuladas por el fraude de parte de la derecha, especialmente del candidato de recambio de la dictadura: Juan Pereda y su partido: FNP. Los resultados de las elecciones del año 1979 fueron desconocidos por el golpe militar de Natuchs Buchs, denominado la “masacre de noviembre”. Y las elecciones de 1980 por el golpe narco militar de García Meza.

La UDP asume la presidencia el año 1982, mediante un “pacto político” por el cual se acepta los resultados electorales que conforman el parlamento en base a la elección de 1980. A la distancia, se puede extraer una conclusión: fue un grave ERROR, de parte de la UPD, aceptar el gobierno con el parlamento del 80”, cuyas consecuencias fueron:

i) Su subordinó la posibilidad real e inmediata de un contundente triunfo popular sobre la derecha, a los intereses partidarios de las fuerzas políticas que conformaban la UPD, ya que estas no estaban dispuestas a “esperar” por nuevas elecciones, “querían ser gobierno ya”, y

ii) Se acepto gobernar siendo minoría en el parlamento, conscientes que la derecha iba a utilizar este espacio para sabotear al gobierno.

El gobierno de la UPD fue un rotundo fracaso porque se limitó a administrar la crisis económica y la crisis del Estado Nacionalista, incumpliendo con las promesas hechas fundamentalmente a los trabajadores. No hubo mejora salarial ni empleos, no hubo cogestión obrera en las empresas mineras estatales.

En un principio, el Presidente, Hernán Siles Zuazo, pidió 100 días de plazo, para implementar sus medidas, ya que “no se podían hacer cambios de un día a otro”.

La economía y el poder, en manos de los empresarios, fue utilizada para crear una especulación de los productos, de manera que en cuestión de meses se tuvo una hiperinflación, acompañada por una dramática devaluación de la moneda nacional frente al dólar. Fue cuestión de meses, para que mediante otro pacto, desarrollados en el Colegio Inglés Católico se decidiera, en una “cumbre política” el acortamiento del mandato de la UDP.

Elecciones de 1985

Muerta la UDP, sobrevino la derrota de todo el movimiento obrero y popular.

En las elecciones de 1985 gana la derecha en todo el país, como se muestra en el mapa adjunto. La primera fuerza política es ADN del ex dictador Banzer seguido del MNR.

Por razones de distribución de diputados y senadores, se da un empate en el Congreso para la elección del Presidente, de manera que surge el tristemente celebre Filemón Escobar, quien plantea una teoría por demás singular y trágica: votar por el “mal menor”.

De esa manera, este sector de izquierda parlamentaria da su apoyo al MNR, quien elige como Presidente a Víctor Paz Estensoro, quien al tiempo de gobernar sentencia: “Bolivia se nos muere” e implementa la política neoliberal bajo la redacción del Decreto Supremo Nº 21060.

Con esta medida, se relocaliza al proletariado minero (despidos masivos), aprovechando la baja de los precios internacionales del estaño. Se dicta toda una política económica a favor de los empresarios y del mercado, además de encarar una radical reforma del Estado, transformándolo en una herramienta de gestión más ágil y acorde con los tiempos de globalización y neoliberalización de la economía de los países dependientes.

El pueblo resistió como pudo este empate. Sin embargo, por efecto de las medidas neoliberales, se desestructura la vanguardia minera, se desarticula la organización sindical, de tal manera que la resistencia popular es precario, aislada y poco contundente.

1989

Para el año de 1989, la situación al interior del campo popular se mostraba desfavorable, pues seguía la derecha en auge.

Llegan las elecciones de 1989 y se produce un triple empate entre el MNR, ADN y el MIR. Sin embargo, sucede algo poco imaginable, y es que el MIR, que era un partido de centro izquierda, decide aliarse con Banzer, y hacen un “Pacto por la Democracia”, mediante el cual, sube al gobierno Jaime Paz Zamora, que había sido el tercero en votación.

Paz Zamora, cruza el “río de sangre” que supuestamente dividía al MIR con ex dictador y nos muestra que se puede traicionar a los muertos y perseguidos.

¿Qué hacen los miristas en el gobierno? Prosiguen con la implementación de la política neoliberal, pero de manera específica se concentran en la reforma del Estado, mediante la implementación de leyes de medio ambiente, forestal, INRA (tierras) y otros.

Al interior de la izquierda se da un proceso de discusión acerca de cómo encarar la lucha contra el neoliberalismo y los pactos políticos en base a los cuales se articulaba.

En la región de La Paz, emerge CONDEPA como un partido que concentra la atención de los aymaras hacia propuestas populistas.

El Movimiento Campesino de Bases (MCB) plantea una formula completamente novedosa de encarar la lucha política: sostiene la necesidad de formular la articulación de un INSTRUMENTO POLÍTICO desde dentro de las organizaciones sindicales campesinas y desde dentro de las naciones originarias, como una salida a la crisis producida por la derrota de la UPD, ya que alianzas políticas como el Frente del Pueblo Unido (FPU) o la Izquierda Unida (IU) fracasaban en el terreno electoral frente a la ofensiva neoliberal. Esta propuesta, siguió desarrollándose, especialmente con mucha fuerza desde 1988 y se articulaba a la campaña en contra de los 500 años del mal llamado “descubrimiento de América” por parte de España.

En las organizaciones clandestinas la discusión maduraba en otra dirección: se discutía sobre la necesidad de encarar la “resistencia armada al neoliberalismo”. Hasta ese momento, se habían utilizado varias formas de lucha, que terminaban con dirigentes confinados, estados de sitio o finalmente con movilizaciones que se diluían en las calles por falta de convocatoria o respaldo. También, durante estos años de ofensiva neoliberal, se patentizaba el aislamiento de las luchas, de manera que sectores solitarios se enfrentaban al nuevo Estado neoliberal, quien no tenía prisa en esperar que los movimientos populares se desgasten para luego reprimirlos.

En este contexto, los compañeros y compañeras de la Comisión Néstor Paz Zamora toman la decisión de pasar de las palabras a los hechos. Recordemos que en 1989, ya habían emergido las Fuerzas Armadas de Liberación Zarate Willka, de manera que los preparativos del CNPZ eran parte de una decisión ya meditada.

Miguel Northfuster y Oswaldo Espinoza

A Luis Caballero Inclán no lo conocí. A Oswaldo Espinoza sí, ya que era militante de la causa popular en la parroquia de Viacha. Era delgado, moreno, con el rostro alargado, miembro de un movimiento grande de trabajadores del arte y la cultura popular, además de ser cristiano militante, como Néstor Paz Zamora. Intercambiamos unas tres o cuatro veces, nunca mostró a nadie su militancia política.

A Miguel Northfuster lo conocí como miembro del ELN. Era un “gringo”, de ojos azules, que hablaba bien el castellano, pero con un dejó de gringo. La primera vez que lo conocí me impresionó, porque uno no se imagina a un integrante como él de una organización clandestina boliviana.

Tenía conceptos muy precisos y se mostraba muy rígido en sus posiciones. Conversamos unas dos o tres veces.

En todos ellos, se ratificaba la inoperancia de los resultados por la vía pacífica, frente a un enemigo, que no sólo era el de siempre, sino que era incluso el mirismo traidor de sus propios muertos, vendidos o cooptados al viejo poder por un plato de lentejas y por una tajada de la corrupción en la que se movían los partidos neoliberales.

El CNPZ no nace pues, por su “adoración natural y espontánea a la violencia”, sino del análisis de las condiciones concretas de la lucha. Solo los que daban una lucha frontal contra el neoliberalismo, sabían que la violencia era una alternativa más frente a la ofensiva de la derecha. Cuando alguien dice que no es partidario de la lucha violenta, seguramente lo hace porque no ha enfrentado en serio al Estado.

Entonces, ¿qué paso?

Los compañeros y compañeras de la Comisión, deciden dar un paso adelante. Realizan varias acciones y nos legan una consigna, que para nosotros es un recuerdo de su lucha y a su memoria no nos cansamos de repetirla: !!!Bolivia digna y soberana!!! También, recuperamos su imagen, traducida en el sol a medio nacer.

En el caso de los cuatro compañeros asesinados por los organismos represivos del Estado “democrático” boliviano, durante el gobierno mirista de Jaime Paz Zamora, exigimos justicia, ya que ellos no cayeron muertos en combate, sino que fueron capturados vivos y luego ajusticiados.

En todo caso, aprovechamos este espacio, pare recordar que los autores intelectuales de estos asesinatos fueron Jaime Paz Zamora, Guillermo Capobianco (Ministro del Interior), Carlos Valverde Bravo (Jefe de Inteligencia) y como autores materiales una patota de policías, como el Coronel Linares y otros torturadores, asesorados por grupos de inteligencia de otros países.

Las acciones que seguiremos contra estos personajes, no sólo deben circunscribirse a lo judicial, sino también a lo político, por ello, redoblamos esfuerzos en terminar nuestros alegatos para el juicio al Estado.

En todo, caso, en el último tiempo, el tristemente célebre Carlos Valverde Bravo, aparece en la televisión, dando insultos al actual gobierno y creyéndose una virgen inmaculada, cuando sus manos y su conciencia esta manchada de la sangre de los c. de la Comisión.

Entendemos que este ahí por mérito propio, ya que los empresarios de los medios de comunicación han sido parte de estos grupos de poder neoliberales, sin embargo, no entendemos la actitud pasiva hasta el grado de la complicidad del gobierno del MAS frente a estos sujetos y medios de comunicación, que todos los días se dan el lujo de insultar al Presidente con términos como mierda, cojudo, puta y otros, que bien le corresponden a él por su calaña y calidad (baja) humana.
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Fuente: patriainsurgente.nuevaradio.org