De la sublevación avanzar hacia la insurrección

DE LA SUBLEVACIÓN AVANZAR HACIA LA INSURRECCIÓN

La protesta de la tropa policial y militar con la toma de los destacamentos, la quema de llantas, el cierre de calles, la toma de aeropuertos, de puentes y carreteras exigiendo la derogatoria de ley de servicio público dio paso a la sublevación de policías y soldados rechazando la inoperancia y corrupción de los altos mandos de la policía y de las fuerzas armadas, como la del general de la policía Freddy Martínez y la del general Ernesto González Jefe del comando conjunto de las FFAA.

La lucha altiva de los policías y soldados se expresaron también con las pifias y los gritos de rechazo contra los ministros se seguridad Miguel Carvajal en los aeropuertos de Quito y Guayaquil, y contra el Presidente Correa y su ministro del interior Gustavo Jalkh en el regimiento Nº 1 en Quito.

Correa, haciendo gala de arrogancia y prepotencia, negándose a resolver los justos reclamos empleando el viejo estilo populista de derechosa partidocracia desafiaba vociferando que: ¡No voy a dar un paso atrás! ¡Si quieren matarme mátenme! Esto provocó que la tropa le responda con unas merecidas puteadas y con gases lacrimógenos.

Estos acontecimientos vienen siendo distorsionadas, deslegitimadas y reprochadas por distintos sectores como el gobierno, periodistas pro oligarcas y conocidos dirigentes de partidos políticos de la tradicional derecha.

Dicen que los policías desprotegieron a la ciudadanía y la dejaron a merced de la delincuencia, que fueron utilizados por los Gutiérrez y son acusados por Correa de matones, asesinos, conspiradores y golpistas.

Los Grupos de Combatientes Populares valoramos que la lucha combativa de los policías y militares forma parte del creciente descontento popular que se viene desarrollando en diferentes partes del país contra el desgobierno de Correa.

Muestra de ello son las movilizaciones de los indígenas y campesinos contra la ley privatizadora del agua, las huelgas obreras del ingenio azucarero en la troncal y de Erco en Cuenca que desenmascararon la corruptela del Ministerio del Trabajo, las movilizaciones de los estudiantes universitarios contra la nefasta ley de educación superior, la lucha de los trabajadores del sector público en defensa de la estabilidad y mejores salarios, etc. Son expresiones del crecimiento y desarrollo de la lucha popular.

Sin embargo la respuesta de Correa ha sido el insulto, la calumnia, la amenaza, los juicios, el despido y la cárcel para reprimir, asustar y amedrentar a las organizaciones obreras, campesinas, indígenas, magisteriales y estudiantiles que resisten y se oponen a la corrupción, al neoliberalismo y a las leyes anti populares.

Ahora arremeten contra la tropa policial y militar, que utilizó la lucha callejera para defender sus derechos, los persiguen, investigan, procesan, les relevan de sus funciones, los cambian a jurisdicciones lejanas a sus hogares y encarcelan.

Es evidente que Correa frente al avance de su impopularidad y rechazo popular supo aprovechar los acontecimientos de rebelión policial que se dieron en el regimiento Nº1 Quito victimizándose. Montó el show de que se estaba fraguando un golpe de estado, que lo tenían secuestrado y que su vida estaba en peligro.

Nunca hubo golpe ni intento de golpe de estado porque nadie planteo el derrocamiento del gobierno y tampoco nadie asumió el poder en lugar de Correa.

Nunca estuvo secuestrado. Correa busco voluntariamente el hospital para recuperarse de la asfixia y de la inflamación de su rodilla luego de las escaramuzas entre el cuerpo de seguridad presidencial y la policía, los médicos le dieron el alta y en la tarde declaró el estado de excepción, ordenó el cierre de la transmisión de los canales privados de radio y televisión, conversó personalmente con algunos de sus ministros, habló cuando quiso por la radio gubernamental, hablo telefónicamente con el secretario de la ONU y con los presidentes de la UNASUR reunidos en Argentina.

Es importante señalar que Correa siempre estuvo custodiado y protegido por el GOE y el GIR (lo que felicitó en su enlace sabatino) que incluso en varias ocasiones lo invitaron a salir y él se negó.

Estaba claro entonces Correa quería salir como héroe fingiendo un aberrante rescate en donde se desarrolló un operativo dirigido por el comandante de la brigada de fuerzas especiales Patria. Entraron con todo abrieron fuego de forma indiscriminada sin importarle la vida de los civiles que se encontraban en el hospital y la de sus propios efectivos.

La mediocre y desordenada operación de rescate provocó la muerte de dos militares y un policía así como también varios heridos.

En la Plaza de la Independencia lo esperaban los ministros y los seguidores del gobierno para consumar entre aplausos y abrazos la despótica hazaña de haber provocado, desafiado y ofendido a la tropa de la policía; y de haber traicionado con sus nefastas leyes los intereses populares.

En estas condiciones la única alternativa cierta es continuar la lucha alentando la unidad de todos los sectores sociales que protestan, para ir a nuevas y más altas movilizaciones, realizando el combate en las calles, plazas y carreteras del país, por la defensa de nuestros derechos, por pan, libertad y justicia.

Pueblo, soldados y policías unidos con el compromiso de avanzar hacia nuevos levantamientos, en donde los uniformados pasen de la sublevación a hacer parte de la insurrección armada popular.

El despotismo de Correa, la corruptela de politiqueros, los altos mandos de la policía y de las FFAA, los depredadores oligarcas apropiados de las riquezas de nuestra Patria, los responsables del hambre y la explotación, solo serán superados y derrocados con un pueblo unido y levantado en armas para liberar a nuestro Ecuador de las garras imperialistas norteamericanas para implantar un gobierno del pueblo y para el pueblo.