¿El Gobierno habla de unidad nacional?

¿EL GOBIERNO HABLA DE UNIDAD NACIONAL?
¿NO SOMOS UN PUEBLO GUERRERO?

En el inicio de las sesiones ordinarias de la Cámara de Diputados el Gobierno remarcó, en torno al tema Malvinas, la necesidad de la Unidad Nacional. Malvinas, sin dudas, es un problema de soberanía que toca lo profundo de nuestra Patria. Sin embargo, en boca de los títeres de las multinacionales, no deja de ser un nuevo verso de una larga y cínica obra poética.

La Argentina, de por sí, se ha convertido en una verdadera plataforma de negocios de las empresas transnacionales, haciendo de cada uno de sus recursos, de su producción y de sus servicios, jugosos botines de los intereses de las potencias extranjeras. Alcanza con ver, de acuerdo a su presencia en el país, a algunas de estas empresas que explotan a los trabajadores de la ciudad y el campo, y extraen recursos no renovables: Cargill, Monsanto, Minera Alumbrera, Repsol, Osisko, Barrick Gold, Panamerican Energy, entre otras. Las consecuencias de esta actividad, además de desnudar las mentiras oficialistas, son evidentes: problemas ambientales, sociales y sanitarios.

También, en su discurso, al abordar nuevamente el tema de la soberanía, la Presidenta mencionó el problema de la guerra: “No nos van a ver participar en una guerra, no somos un pueblo guerrero”. Naturalmente, hay guerras justas y guerras injustas, guerras de liberación y guerras para garantizar la esclavitud, guerras por el progreso y guerras contra el progreso. Basta ver algunas muestras en nuestra propia historia: por ejemplo la guerra que desarrollaron nuestros héroes nacionales de 1810 a 1824 para liberarnos de la dominación española, o el impulso de la guerra revolucionaria que nació en los años del Cordobazo con poderosas fuerzas revolucionarias, entre ellas los Montoneros y el PRT-ERP. Pero los defensores de la Vieja Argentina, al servicio de las multinacionales, son incapaces de oponerse consecuentemente al imperialismo, actuando como verdaderos títeres del capital financiero.

¿De qué tipo de guerra habla la Presidenta? ¿Puede haber paz mientras destrozan nuestra soberanía y nos invaden silenciosamente? ¿Se puede hablar consecuentemente de recuperar Malvinas cuando nuestro país permanece invadido por monopolios extranjeros? ¿A quiénes hay que expulsar de nuestra tierra para recuperar la soberanía nacional? Por ello, el Gobierno y la Presidenta, renuevan un pacifismo burgués que no hace más que perpetuar la dominación de los explotadores, la hegemonía de la violencia reaccionaria y la paz de los cementerios. Naturalmente lo hacen para evitar que el pueblo se vaya sobre los intereses y negociados que el Estado garantiza.

El problema de la guerra hoy tiene un claro carácter nacional, antimonopólico, antimperialista, y surge de la profundidad de nuestra Argentina. ¿Puede haber independencia con la Barrick Gold, Xtrata, Osisko, Panamerican, Repsol, Techint, Monsato, Nidera y tantas otras transnacionales, saqueando nuestra Patria? Entonces, el Gobierno abusa de la diplomacia “anti-inglesa”, y deja, garantiza y regula jurídicamente que las multinacionales permanezcan dueñas de nuestras riquezas, que obtengan mano de obra barata y puedan abrir nuevos mercados.

El pueblo argentino es un pueblo guerrero, y la paz perdurable sólo será posible cuando se acabe con la explotación del hombre por el hombre y la desigualdad social. Por ahora, la paz no es más que una utopía.

En conclusión, las transnacionales, escondidas detrás de discursos políticos grandilocuentes, amarran a nuestra Patria con nuevas cadenas. Esas cadenas debemos romper, para terminar con la dependencia y la explotación.

Liberar a la Argentina es vencer y expulsar a las multinacionales.

Movimiento 19 de Julio, M-19 de Argentina