A la V Cumbre de los Pueblos

A LA V CUMBRE DE LOS PUEBLOS

“En todos esos análisis, movilizaciones y bregas participaremos vigorosamente con la Plataforma Bolivariana como faro, buscando que la unidad y organización del pueblo afiance sus luchas”
Alfonso Cano

Compatriotas de Nuestra América protagonistas de la V Cumbre de los Pueblos:

Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia Ejército del Pueblo FARC-EP extendemos a todos nuestro cálido y fraternal saludo en su condición de forjadores con su resistencia, de la Patria Grande Latinoamericana y Caribeña.

Unimos el quehacer revolucionario de la guerrilla fariana a la justa voz que surge de la entraña de Nuestra América, en su clamor por exigir solución a los problemas de las grandes mayorías ignoradas y explotadas.

Confiamos en la sabiduría de los pueblos que reconoce en nuestra lucha el interés por transitar los caminos hacia la Nueva Colombia, la Patria Grande y el Socialismo, por encima de la manipulación mediática que divierte y pervierte la realidad.

La democracia de mercado, la injusticia institucionalizada, la explotación despiadada, la corrupción de las élites gobernantes, la impunidad de sus crímenes, la expoliación de nuestras riquezas, el colonialismo, el neoliberalismo y el imperialismo entre otros, son importantes temas a examinar en vías a su resolución por nuestros pueblos. Nosotros agregaríamos el Terrorismo de Estado y el arrodillamiento de la rancia clase gobernante ante el Imperio.

Muy a nuestro pesar, y es causa fundamental de nuestra lucha, el gobierno de la Colombia actual representa una amenaza real para los intereses de los patriotas americanos. Suplica y recibe ayuda de la Casa Blanca, en millonarios recursos y parafernalia bélica de avanzada tecnología, mientras rechaza los intentos de apoyo internacional a una solución diferente a la guerra. Incluso va más allá, convierte el territorio nacional en base de operaciones y provocaciones contra los demás miembros de Nuestra América que libran procesos democráticos.

La paz en nuestro país es clamor y anhelo mayoritario. No obstante, nuestras propuestas de paz democrática con justicia social son desestimadas por el régimen, quien las interpreta siempre como debilidad o engaño, al tiempo que exige la rendición incondicional de nuestra lucha. Bajo la furia de toneladas de bombas, con los fusiles en alto, percibimos el cariño y la solidaridad de los pueblos que ustedes representan. Nos unen las mismas banderas y enemigos, a todos los acompañamos.

Cerca de aquí, en afrenta a la historia libertaria de Cartagena, como cuando se concertaban para la subasta de esclavos negros en el mercado público, se hallan reunidos los más poderosos propietarios y empresarios continentales, expoliadores de trabajadores y trabajadoras, buscando acuerdos para incrementar la productividad de sus negocios a costa de la desprotegida mano de obra.

Un poco más allá, dialogan Presidentes y Jefes de Estado de América. Varios de ellos, mandatarias y mandatarios comprometidos con los intereses de los pobres de sus países y el mundo, procuran con dignidad sobreponerse al freno impuesto por los Estados Unidos para imponer un destino en contravía de los intereses de las mayorías y a favor del capital y el latifundio.

En este recinto confluyen representantes de los pueblos que no tienen cabida nunca en las cumbres hemisféricas convocadas por el Imperio. A diferencia de aquellos escenarios, aquí se levantan enardecidas la energía y la voluntad política, para afrontar con verdad y valentía los problemas que agobian a los pueblos del continente. Las voces que se alzan aquí no tienen el menor interés en auxiliar al capitalismo en crisis, procuran por el contrario concertar el modo de levantar nuestros pueblos contra él, encontrar la manera de marchar unidos hacia nuestra segunda y definitiva independencia.

Sabemos que eso impone hablar de dos términos vedados por las oligarquías y el imperialismo: Revolución y Socialismo. En las condiciones del mundo de hoy, asimiladas las experiencias de otros confines, echando mano a nuestro espíritu crítico y renovador, las luchas de nuestros pueblos han de seguir esa senda, no existe una alternativa distinta. Conseguirlo es cuestión de grandes masas en agitación y lucha. Con las armas si es preciso. En todo caso unidas y avanzando con la resolución de no dejarse aplastar por el poder dominante.

Materializar tales propósitos debe ser la tarea que emprendamos todos al regreso. Aquí debiéramos tratar el modo más efectivo de ayudarnos unos a otros.

Las luchas de nuestros pueblos son tan inatajables como las aguas, vencen todos los escollos, fluyen a encontrarse para formar el gran río que nos ha de conducir al océano de independencia, soberanía, justicia, igualdad social y democracia verdadera. Es nuestro futuro tejido con paciencia y tenacidad.

Por la unidad de los pueblos latinoamericanos y caribeños.

Secretariado del Estado Mayor Central

Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia Ejército de Pueblo FARC-EP

Montañas de Colombia, abril de 2012.