Formidable triunfo de la movilización y la protesta

La Habana, Cuba, sede de los diálogos de paz, mayo 13 de 2014

FORMIDABLE TRIUNFO DE LA MOVILIZACIÓN Y LA PROTESTA

“Volvemos a nuestras parcelas, resguardos, territorios colectivos
y barrios populares, con un primer parte de victoria,
convencidos de la efectividad de la unidad,
las propuestas desde la base y la movilización.”

Comisión Política Cumbre Agraria, Campesina, Étnica y Popular
9 de mayo de 2014

La Mesa Única Nacional será el espacio donde 35 delegados y delegadas, campesinos, indígenas y negros, debatirán con el Gobierno Nacional el pliego de exigencias emanado de la Cumbre Nacional Agraria, Campesina, Étnica y Popular reunida entre el 15 y el 17 de marzo pasado. Mandatos populares en tierra y territorio, derechos políticos de comunidades agrarias, minería y medio ambiente, economía étnica y campesina, cultivos de coca, marihuana y amapola, derechos sociales y paz con justicia social, son los grandes capítulos de las reivindicaciones.

Y ese espacio, propio para la construcción de acuerdos sobre los complejos problemas del campo y la ciudad, es el primer triunfo de este proceso que agrupa decenas de articulaciones de movimientos sociales. Producto de su organizada y justa resistencia, la Cumbre Agraria logra reconocimiento político al convertirse en factor determinante de las políticas públicas sobre el agro.

La lucha por la tierra entendida como territorio, como abrigo natural de las comunidades y fondo de su sustento, está en el centro de la confrontación económica, social, política, armada y cultural vivida en Colombia hace más de 80 años, podemos situar su origen en la progresista, en su momento, ley de tierra o ley 200 de 1936 promulgada por el entonces presidente Alfonso López Pumarejo.

Para aproximarse al entendimiento del problema agrario, campesino, étnico y popular, no basta mirar solo la tenencia de la tierra, parte esencial de esa problemática es la forma de producción y la infraestructura necesaria para permitir al campesinado vivir con dignidad de su trabajo. Es vital proyectar la economía campesina como sustento importante de la economía nacional y de la soberanía.

Y no es de extrañar la coincidencia de objetivos, problemas y propuestas de soluciones entre el sector rural en Colombia y las FARC-EP en La Habana, somos los pobres de la patria en lucha por sus derechos y en disposición de construir soluciones, lo cual no implica renuncias ni capitulaciones.

Además hay una ligazón íntima entre la tierra y su problemática y el punto objeto de debate actual en La Mesa: Solución al problema de las drogas ilícitas, pues es la población rural la más perseguida y satanizada con la fracasada guerra contra las drogas, siendo el eslabón más débil y el menos beneficiado. Parte esencial de la solución a los cultivos de eventual uso ilícito es una verdadera reforma agraria integral.

Reiteramos, aquí en La Habana, buscamos construir acuerdos que viabilicen soluciones para la problemática nacional, es decir para las mayorías. Como pueblo que somos, ahí se resuelven los problemas de guerrilleros y guerrilleras.

Esta primera y significativa victoria, por el momento en que se logra, de la Cumbre Agraria es patrimonio y atañe al pueblo y sus organizaciones. Igual es pertenencia de las mayorías nacionales La Mesa de Diálogos.

La práctica nos demuestra la posibilidad de construir caminos ciertos de solución a pesar de los volúmenes negativos de desinformación y las maniobras de los enemigos de la reconciliación, aquellos que se lucran de la guerra.

Va nuestro saludo, pleno respaldo y toda la solidaridad, al formidable triunfo de la movilización y la protesta.
¡La tierra para el que la trabaja!

Delegación de Paz de las FARC-EP