Sobre tres capítulos de nuestra historia

SOBRE TRES CAPITULOS DE NUESTRA HISTORIA

De la CONFERENCIA NACIONAL AMPLIADA;

3 de diciembre de 1979

Dijimos algunos días que queríamos hablar de algunas cosas, hay momentos en que los hombres recurrimos hablar en símbolos, en metáforas, o en forma no tan directamente intelectuales, sino que, preferimos que nuestro conjunto de seres comunistas hablen por nosotros directa y ampliamente.

Quisiera ser breve, quisiéramos hablar de cómo será vista la historia de aquí a décadas. Pongámonos en plan de imaginación revolucionaria y miremos desde el futuro; eso es bueno, es útil y también sirve para fortalecer el alma. Tenemos mentes claras, voluntad resuelta y pasión inextinguible y la imaginación revolucionaria coadyuva a fortalecer el alma, a darle más pasión inextinguible y más mente clara. Bueno es que pensemos un poco y dejemos que la imaginación hable desde el futuro. Ubiquémonos décadas más adelante. En la segunda parte del siglo que viene.

Estamos en la parte final del siglo XX, bien pronto veremos correr los años, y bien pronto se irán a medida que hayamos avanzado en transformar nuestra sociedad, y vendrá el tercer milenio de la humanidad. El fenecer de los años noventa significan el término de un milenio y el inicio de otro en el que el comunismo será definitivamente estampado en la historia y la humanidad habrá dado un salto maravilloso del reino de la necesidad al reino de la libertad.

Pensemos en la segunda parte del siguiente siglo, la historia estará escrita por nosotros y los que sigan son nosotros, los futuros comunistas, porque somos inagotables; y vendrán otros y otros, y los que vienen son nosotros. Los niños cuando empiecen a leer, los hombres cuando empiecen a recordar tendrán una historia que leer y dirán.

I. DE COMO PREVALECIERON LAS SOMBRAS
Hubo una época en que prevalecieron las sombras en esta sociedad. No quiere decir que todo fuera negrura, sino que prevalecieron las sombras. En nuestra patria, en nuestra América, hay una vieja y larga tradición y lenta historia que hay que conocer. Buscar las profundas raíces de lo que somos, no porque seamos nacionalistas; tenemos especificidades históricas y nadie puede hacer la revolución si no tiene raíces históricas. Tenemos vieja antigüedad.

Tiempos atrás hace veinte mil años, los hombres llegaron acá en forma muy primitiva; pasaron diez mil años y hace unos seis mil o cuatro mil empezó a desenvolverse la agricultura; levantaron elementales construcciones para guarecerse del frío y también comenzaron a tejer para cubrir sus cuerpos. Hace dos mil años ya teníamos una agricultura muy desarrollada y comenzamos a ser un gran sistema agrario, se desarrolla la comunidad y comienza a forjarse el ayllu, concreción de la expresión comunitaria agraria de este pueblo; y con el correr del tiempo, vinieron los sobrantes, los excedentes y surgió la diferenciación y se generaron clases, propiedad y Estado.

Hace setecientos años más o menos y seiscientos de nuestra era comenzó a desenvolverse el Estado y ese Estado comenzó a crecer y conforme creció hubo explotación y comenzó a generarse la opresión y la explotación y los pueblos se dividieron en opresores y oprimidos. También estas tierras se dividieron en pequeñas comarcas, grandes confederaciones, reinos: Huari es un ejemplo. Corre el tiempo y viene a formarse el imperio incaico. Vino Pachacútec, trajo mayor orden imperial y reordenó el Estado haciéndolo más fuerte. Hay naciones que explotan a los demás. Las clases son evidentemente claras y concretas, hay explotados y oprimidos. Pero bien poco duró ese pétreo reino. Vinieron hombres extraños y descompaginaron el orden agrario, no es cierto que doblaron la rodilla, hombres resistieron y defendieron el orden de explotación que habían hecho, pero como era sistema carcomido basado en explotación se hundieron al choque con un orden superior.

En nuestra patria se derrumbó el sistema y comenzó un largo proceso de oprobio y explotación feudal. Los campesinos resistieron y se defendieron. A las gentes las llevaron a las minas y su sangre la convirtieron en oro y plata, que llevaron a Europa. Tenemos que ver con el desarrollo del capitalismo en Europa, producto de la sangre y de la carne de nuestros antecedentes.

Pasaron siglos y fueron amasando un sistema de mestizaje. Vinieron rebeliones, en el siglo XVIII los campesinos se movilizaron gigantescamente y el sistema se estremeció. Las acciones mundiales del capitalismo repercuten otra vez aquí y se estremece el espíritu emancipatorio, pero como no se eliminan clases, ni se resuelve el problema de la tierra y la soberanía, siguen existiendo dos viejos problemas: tierra y soberanía.

El siglo XIX implica la transformación del orden feudal en semifeudal y del colonial en semicolonial. De unos europeos a otros europeos cambiamos de amos y de manos españolas se pasó a las inglesas y se entronizaron nuevos explotadores más siniestros que ayer. Pero el pueblo siempre se levantó pujante combatiente en ardiente lucha de clases sin tregua aunque con períodos más estremecedores.

En la parte final del siglo pasado surge nuevo orden imperialista, los Estados Unidos, llegaron tempranamente a estas tierras y en los años 20 su dominio se entroniza. Allí comienza a ceder la prevalecencia de las sombras. Una nueva clase amanece, es el proletariado y surge un nuevo capítulo.

II. DE COMO SURGIO LA LUZ Y SE FORJO EL ACERO
Surge la clase obrera, amanece la nueva clase, fue la clase obrera, el proletariado internacional, que se expresa también en proletariado en nuestro país; eso somos nosotros. El proletariado empieza a esclarecer la oscuridad, fue la clase que se expresó aquí. La luz se hizo acero.

De 1,895 a 1,919 son casi 30 años de aguda lucha de clases en que va a desenvolverse el proletariado peruano y su presencia significó un cambio definitivo en la vida política de nuestra patria. La lucha de clases, la acción internacional y las luchas del proletariado y del campesinado permitieron que fuese cuajado el marxismo y José Carlos Mariátegui bregó como pocos han bregado en estas tierras de América. Nuestro pueblo no es frívolo, como gentes estúpidas dicen, han dado grandes hombres, y Mariátegui es uno de los pocos hombres en estas tierras que aplicó el marxismo-leninismo a condiciones especiales y nuestro pueblo empieza a encontrar un nuevo camino, inédito; y comenzó a surgir una luz más pura, una luz resplandeciente, esa luz la llevamos nosotros, en el pecho, en el alma. Esa luz se fundió con la tierra y ese barro se convirtió en acero. Luz, barro, acero, surge el PARTIDO el 28; se forjó el acero, eso somos nosotros, ése es el problema de cómo surgió la luz y se forjó el acero.

El 28 nos fundaron y nunca hemos caído en el criterio de formar otro Partido. Nos hemos ajustado a que aquí por el fragor de la clase y de las masas se generó a un José Carlos Mariátegui que constituyó el Partido, nos dio la luz y el acero y nos puso a andar. Desde ahí hay luz y acero en nuestro país. Digan lo que digan no se puede volver atrás. Eso será más fuerte mientras haya clases, no se puede volver atrás, eso es imposible. Esa luz no se pondrá jamás mientras haya clases; el acero no se deshará jamás mientras haya clases; pero tuvimos un destino, tuvimos una posibilidad que se deshizo cuando se cegó la vida del que nos fundó. Lo que no pudo ser realidad quedó como Programa y Plan que fue negado, soslayado, ocultado; pero la clase lo encarnó, siguió latiendo en la clase y el pueblo combatientes y en los comunistas. No podemos negar la acción de la clase y de los comunistas que han bregado y cuya acción ha permitido que lleguen a donde estamos hoy.

El tiempo pasó. Vino la segunda guerra mundial, la más extensa de la historia, que nos signó y marcó y puso a andar a más profundidad un sistema de capitalismo burocrático y una más aguda lucha de clases. La clase obrera siguió avanzando pero nunca en tranquilidad, sino que en medio de tormentas y tempestades se forjó la clase obrera y con ella más luz, más acero, más fuerza, más invencibilidad.

Nuestro pueblo fue iluminado por una luz más intensa, el marxismo-leninismo-pensamiento Mao Tsetung; fuimos primero deslumbrados, al comienzo rompimiento de luz inacabable, luz y nada más; poco a poco nuestras retinas comenzaron a comprender esa luz, bajamos los ojos y comenzamos a ver nuestro país, a Mariátegui y nuestra realidad y encontramos nuestra perspectiva: La Reconstitución del Partido. Así el capítulo de cómo se forjó la luz y el acero comienza a terminar.

III. DE COMO SE DERRUMBARON LOS MUROS Y SE DESPLEGO LA AURORA
Hoy comienza un nuevo capítulo: De cómo se derrumbaron los muros y de cómo se abrió y desplegó la aurora. Se dirá: nuestro Partido forjado con la luz más fuerte y acero más puro tuvo un momento de decisión y generó el Plan Nacional de Construcción y el Partido, a un pedazo de bandera desplegada al viento, se extendió para iluminar nuestra patria y los comunistas convocados por todas partes, armaron un sistema nacional, los comunistas se levantaron y la tierra tronó y al tronar la tierra los camaradas avanzaron. Para esto tuvieron una Conferencia, piedra miliar y establecieron bases políticas, camino a seguir. Una bandera fue plantada, una bandera muy alta para una nueva etapa y una nueva meta: Iniciar la Lucha Armada. Los hombres bregaron y los pocos comunistas que había se convocaron de varios puntos, y al final se comprometieron y tomaron una Decisión: forjar en los hechos la Primera Compañía de la Primera División del Ejército Popular; y, así comenzaron a retroceder las sombras en forma definitiva, los muros temblaron y fueron horadados; con los puños se abrió la aurora, la oscuridad se aclaró. Clave fue la I Conferencia Nacional, piedra miliar y un capítulo empezó. Las almas estaban alegres y los ojos resplandecían luz. Un capítulo dirá: Mucho esfuerzo costó, dimos nuestra cuota; y, en momentos difíciles enterramos nuestros muertos, secamos nuestras lágrimas y seguimos combatiendo. Así se concretó y en el día nacional fue proclamada la República Popular; y el trabajo se reivindicó y desde allí la risa comienza a anidar entre nosotros, los campos fructificaron más, la libertad comenzó a palpitar en nuestro pueblo y lo rojo a guiarnos para siempre jamás. Nuestra América brillará, es ya un mundo libre y se extiende a todas partes. Hoy viejos imperios se hunden, son aguas sucias, ceniza envejecida; mientras el trabajo está reivindicado y los campos florecen en la República Roja.

Dirán ¿qué haremos hoy? Hoy día avanzamos conjurando para que nunca vuelvan las sombras, para que nunca la clase obrera pierda el poder. Así dirá la historia; en ese sentido nos enrumbamos para llegar inevitablemente al comunismo, para llegar a la luz plena y absoluta. La sangre de los que cayeron clama ¡luz, luz! ¡al comunismo llegaremos! Eso estará escrito; así dirá la historia.

Hoy, hemos tomado una decisión, es histórica; hemos expresado, puño en alto, dar la vida; cuando puestos en pie y puño en alto hemos expresado entregar nuestras vidas, en ese momento ha comenzado el socavamiento de los muros, ha comenzado a abrirse la aurora.

Yo también prometo como ustedes, pienso igual: bajo las banderas del marxismo-leninismo-pensamiento Mao Tsetung, ante la efigie de nuestro fundador, ante la línea del Partido y las invictas banderas de nuestro Partido: Yo también brego y pugno por derribar los muros de este orden, yo también soy un combatiente de la Primera Compañía de la Primera División del Ejército Popular. Solamente tengo una aspiración, como vosotros: servir a mi pueblo, apoyarme en las masas que es nuestro sustento y bregar por el internacionalismo proletario. En el MCI tenemos una solo bandera: Marx la puso a flamear, Lenin siguió y Mao la llevó más alto, es y será la luz que nunca será arriada. Nos hemos puesto de pie y cumpliré aquello que tengo que cumplir. Lo que a mí me importa es cumplir bien mi jornada; los comunistas no esperamos nada, sólo servir al comunismo; y, mi decisión es la vuestra. Yo también seré simple combatiente de la lera. Compañía; haré aquello que haya que hacer, haré aquello que deba, no espero nada, salvo una cosa: servir al comunismo, esto también es un compromiso: mi decisión es vuestra y la vuestra es mía, porque somos una unidad. Ha comenzado el derrumbamiento de los muros y comienza a desplegarse la aurora.

(De la CONFERENCIA NACIONAL AMPLIADA; 3 de diciembre de 1979)

"LA HISTORIA NOS ENSEÑA QUE UNA LINEA POLITICA Y MILITAR JUSTA NO SURGE NI SE DESARROLLA EN FORMA ESPONTANEA Y APACIBLE, SINO EN LA LUCHA CONTRA EL OPORTUNISMO DE "IZQUIERDA" POR UNA PARTE Y CONTRA EL OPORTUNISMO DE DERECHA POR LA OTRA. SIN COMBATIR ESTAS PERNICIOSAS DESVIACIONES QUE MINAN LA REVOLUCION Y LA GUERRA REVOLUCIONARIA, Y SIN SUPERARLAS COMPLETAMENTE, SERIA IMPOSIBLE ELABORAR UNA LINEA JUSTA Y LOGRAR LA VICTORIA EN UNA GUERRA REVOLUCIONARIA".
MAO TSETUNG