Hacia una alternativa de nación, paz y cambios

HACIA UNA ALTERNATIVA DE NACIÓN, PAZ Y CAMBIOS

Nos enteramos que el Polo Democrático Alternativo (PDA), acordó aportar al desarrollo del proceso de conversaciones entre el gobierno de Santos y el Ejército de Liberación Nacional; para lo que nombró una Comisión integrada por los senadores Alexander López y Alberto Castilla, el exministro Carlos Bula, los excongresistas Wilson Borja y Wilson Arias, junto a Jaime Dussán y Gustavo Triana.

Saludamos esta iniciativa, al igual que todas aquellas que contribuyan a la construcción de los cambios y la paz en Colombia y por tanto al avance del proceso de la solución política. De nuestra parte nos disponemos a facilitar dicha gestión. Para ello invitamos a esta Comisión, a un encuentro directo con nuestra Delegación de diálogo, en la ciudad de Quito, donde estaremos en los próximos días, para el nuevo encuentro pactado con el gobierno, en el que esperamos concretar la instalación de la Mesa pública de conversaciones.

Valoramos esta iniciativa del PDA, de buscar una mayor presencia, como fuerza de izquierda y de oposición, en la lucha por la solución política, las transformaciones y la paz. A la vez los invitamos a evitar nuevas rupturas, a mantener la unidad del partido, a persistir en el ideario fundacional y a mantener su compromiso con las mayorías del país y con las esperanzas de los pueblos del continente.

Igualmente los invitamos a desarrollar con mayor amplitud y con mayor iniciativa y decisión, la búsqueda de las confluencias en la lucha social y política y en el trabajo por la construcción, con muchos otros, de un gran bloque de futuro y esperanza, que articule sin exclusiones, a todas aquellas fuerzas, corrientes y sectores patrióticos, que estamos por una Colombia de soberanía, paz, nación y equidad.

En la misma dirección, nos dirigimos a las distintas fuerzas políticas y sociales de izquierda y a todos los sectores progresistas y democráticos, que se distancian de los intereses norteamericanos, de las corporaciones multinacionales, y de los intereses oligárquicos y retardatarios del país. Hablamos en concreto, entre otros, del PDA, las FARC, el MOIR, los Partidos Comunistas, la Marcha Patriótica, MAIS, El Congreso de los pueblos, los Progresistas, los Verdes, el MCP, las centrales obreras, la Cumbre Agraria, los afros, los ambientalistas, sectores de los partidos tradicionales y muchos otros más, que no están dentro del bloque oligárquico y quienes sería factible confluir, dentro de la diversidad, hacia una perspectiva de nación, paz y equidad.

Para imprimirle otro rumbo a Colombia, se requiere de una opción cierta de cambio y a la vez de mucha fuerza, de gran respaldo social, de alianzas, de visón de país y futuro, de gran incidencia en los sectores populares y también en sectores medios, de propuestas alternativas y de una acción integral y de actuación en todos los terrenos y espacios, en especial en la lucha social y de masas y no sólo en la dinámica electoral.

Un aspecto vital en la acumulación, en la conquista de la fuerza y la incidencia requeridas para ello, esta referido a la superación de la fragmentación, de la dispersión, de las divisiones que traemos desde tiempo atrás, quienes soñamos con otro país. Por ello, queremos recordar el planteamiento de Camilo Torres, cuando decía:

“Insistir en todo lo que nos une y prescindir de todo lo que nos separa”.

Trabajando por la confluencia y la construcción de un gran bloque popular y democrático, podremos avanzar como pueblo, como nación y como fuerzas de cambio, en la perspectiva de nuevo país. Mirando hacia el futuro, sin dejarnos amarrar, ni subordinar a las fuerzas que representan el modelo dominante y la historia de subordinación, exclusión y terror que ha caracterizado a Colombia.

Para ello, hoy es obligante cimentar una alternativa y una confluencia muy amplia, frente a las fuerzas de la ultraderecha que encabeza Uribe. Pero también frente a las fuerzas neoliberales que encabezan Santos y Vargas Lleras y que igualmente, mantienen atado el país a los intereses norteamericanos, a las transnacionales, a la OTAN y para quienes la paz no no son cambios; sino que “todo siga igual”.

En función de la participación de la sociedad, de las transformaciones y de la construcción de una gran confluencia que le de fortaleza y posibilidades a las opciones de cambio en el país, ponemos al servicio nuestra presencia en la mesa de conversaciones de Quito y el proceso de solución política que estamos intentando. Para todo ello y para una paz con cambios el país, puede contar con nosotros.
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*Editorial de la Revista Insurrección Nº 563