Carta abierta a la revista Semana

CARTA ABIERTA A LA REVISTA SEMANA

Señores: REVISTA SEMANA

En sus ediciones N° 1834 y 1835 sus páginas registran dos artículos titulados “LOS AUTORES DEL ATENTADO” y “PRUEBAS EXPLOSIVAS”. Textos sorprendentes, tanto por la abundancia de imprecisiones como por una insólita falta de rigor investigativo, periodístico y lógico. Lejos de nuestras posibilidades e intención de enseñar a tan notables famosos y connotados editores y periodistas cómo hacer su trabajo, nos permitimos, sin embargo, algunas opiniones sobre tales artículos.

Cualquier periodista mínimamente serio, estudiante de comunicación social o columnista con criterio, reconoce la importancia de la pregunta y la duda en las labores periodísticas y de investigación. La duda es indispensable para ir más allá de las apariencias o para evitar la inclinación facilista de transcribir comunicados oficiales. Seguramente la duda así entendida pone al periodista en una difícil situación frente al poder. Es obvio que contrariar los intereses de quienes pasan por publicar verdades oficiales tiene, en Colombia, consecuencias imprevisibles.

Pero más trascendental que caer de la gracia de los poderosos y mucho más difícil que procurársela es, a nuestro juicio, poseer una condición profesional y de convicción ética que desde los medios de comunicación, aporte a la paz y a la necesaria construcción de una auténtica democracia en Colombia.

Sólo la capacidad de dudar, sólo la honestidad intelectual y moral guiaría a un periodista al camino de la realización de preguntas incómodas al unanimismo Estatal. ¿A quién beneficia un atentado con las características del ocurrido en el C.C. Andino, en un momento político como el actual? ¿Quiénes vieron “la oportunidad” perfecta para “tumbar al presidente terrorista” y opacar el significado del paso de lo armado a lo político de las FARC-EP?

En lugar de preguntarse y preguntar, los comunicados de SEMANA se extienden en señalamiento arbitrarios y falaces, apuntando al MRP; a los capturados “culpables” y hasta a los 13 jóvenes que en el pasado reciente tuvieron el infortunio de conocer en primera persona la “diligencia” de la Fiscalía, y los jueces asociados a ella, que por amenaza o conveniencia, repiten su discurso. Sumado a esto, la revista enlaza una serie de hecho inconexos concluyendo mentiras de a puño para confundir a incautos desinformados y reforzar acusaciones tendenciosas e interesadas.

Mientras en un artículo se pinta al nuestro movimiento como desarraigados inadaptados, para el siguiente son “estudiantes y profesionales que llevan una doble vida”. Lo que sea para acomodar la fábula. Se nos tilda de “anarquistas extremistas sin ideología” que califican y señalan a las FARC-RP y al ELN de “sumisos” y “blandos”. Publican sinsentidos tan grandes como estos sin ninguna clase de fuentes. Basta leer nuestros pronunciamientos públicos para sustraer que lejos del radicalismo irracional que nos adjudican gratuitamente, nuestra acción se orienta por un análisis juicioso y una lectura del complejo momento política colombiano, en la perspectiva de la construcción democrática de la nación y del futuro de nuestro pueblo, único sustento perdurable de la paz.

De otra parte, el contenido de varios artículos de SEMANA en los que se clama por borrar de la legislación colombiana las garantías procesales o derechos constitucionales como la jurisdicción indígena, llevan en sí la firme idea de que las voces oficiales y sus áulicos tienen carta de ciudadanía. En el miedo, la mentira, la cobardía y el servilismo ante los poderosos, se encuentra el germen de la decadencia moral y política de la institucionalidad colombiana. Interminable es la lista de escándalos de corrupción, crímenes de Estado, violaciones de las más elementales garantías sociales y jurídicas.

El aporte para solucionar la profunda crisis política y de ideas que se expresa hoy en la apatía generalizada del pueblo colombiano, en la “altura” subterránea de los debates y alianzas preelectorales, no se encuentra en un periodismo sin rigor, sin preguntas o sin referentes éticos de ningún tipo como el de ustedes.

Para finalizar -aunque pueda ser un ejercicio repetitivo-, y como un claro llamado a la rigurosidad y la justicia, declaramos nuevamente nuestro total rechazo al atentando del C.C. Andino, artífice de una derecha sucia y con deseos electorales, y reiteramos la no vinculación de ninguno de los capturados en el último mes por el caso y por su supuesta militancia en nuestro Movimiento.

NI URIBE NI SANTOS SON OPCIÓN PARA EL PUEBLO
LA PAZ DE LOS RICOS NO ES LA PAZ DEL PUEBLO

MOVIMIENTO REVOLUCIONARIO DEL PUEBLO (MRP)