Dar la cara (Comandante Pablo Beltrán)

"DAR LA CARA"*

Buenas noches a ustedes. Quiero agradecer su asistencia, nosotros la entendemos así: como un acto de solidaridad con la búsqueda de la paz de Colombia. A Ustedes los que están acá. En primera instancia, agradezco a la Universidad Andina y a todos los interesados en la paz de Colombia. ¿Por qué digo que su presencia es un aporte a la paz de Colombia?, porque nosotros tenemos un profundo reconocimiento, al hecho que podamos estar acá en Quito, desarrollando unos diálogos de paz, eso no solamente es un esfuerzo del gobierno, nosotros sabemos que desde distintos sectores de la sociedad ecuatoriana hay un respaldo. Entonces, eso es lo que queremos reconocer, no solamente el trabajo de los dos gobiernos, que nos han brindado apoyo.

1. El cese bilateral, ¿para qué?

En Colombia, estamos tratando de pasar la página de la guerra, muchos de ustedes han escuchado de García Márquez, otros más, me imagino lo abran leído, y “Cien años de soledad” es eso, historias de guerras fratricidas, de eso es lo que queremos pasar la página. Nosotros estamos haciendo un esfuerzo por buscar una solución política del conflicto y dialogar, es el primer paso. Hace pocos días el 4 del mes pasado, acordamos un cese al fuego bilateral, eso es histórico para nosotros, el ELN, 53 años después de su creación es la primera vez que hacemos eso; para el gobierno de Santos también es la primera vez que, en el inicio de una negociación de estas, se pacta un cese bilateral. Algunos han dicho, que “aprovechamos la presencia del Papa”. No, no solamente es eso, básicamente es que se puedan hacer los diálogos en medio de un cese, esa es la realidad y nos alegra que esto haya podido hacerse acá en Ecuador, discutirse y firmarse acá.

Entonces, ya van entendiendo por qué el reconocimiento. La esencia del cese bilateral pactado, es que beneficie a la gente, van a ver o están habiendo -porque es el tercer día del cese-, suspensiones de acciones ofensivas entre las partes. Al fin acabo uno como guerrero es al que mejor le va en la guerra, pero la población no combatiente es la que más sufre, entonces este cese, va destinado a alivios para la gente, ese es el corazón del cese.

2. El primer derecho es a la verdad

La Agenda que estamos discutiendo en Quito tiene 6 puntos. El punto 4 se llama “derechos de las víctimas”: esas son palabras mayores, entonces, cuando a nosotros nos invitaron a este foro, lo entendemos así, como un paso para garantizar los derechos de las víctimas. Entiéndase bien, yo no vengo aquí a dar justificaciones, ni vengo a “enredar la pita”, como decimos en Colombia. No, venimos a hablar de un hecho, de una tragedia muy grave, muy dolorosa. Ya se ha dicho acá, por quienes me antecedieron en la palabra, que muchos de los muertos y heridos son familiares de guerrilleros nuestros, de gente muy cercana a nosotros... no hablamos aquí de haber hecho daño a alguien extraño, no, fue un daño propio, así lo entendemos; pero no por esto deja de ser una tragedia.

Entonces, este es el motivo de la presencia nuestra acá, para dar la cara, aportar a la verdad, en el entendido que en el conflicto colombiano -y entiendo yo-, que en cualquier conflicto, si no hay verdad, no hay justicia.

Este es el presupuesto con el que nosotros trabajamos, que el primer derecho de las víctimas es a obtener la verdad, y en Colombia, víctimas -por favor-, suman siete millones los desplazados, ni siquiera el conflicto sirio alcanza el número de desplazados que tenemos en Colombia; además de 70 mil desaparecidos. En la primera etapa de guerra civil, cuando mataron a Gaitán, hubo 300 mil muertos, y ahora vamos a llegar a la misma cantidad y pare de contar.

3. “Verdad toda, verdad todos”

Cuando nosotros decimos derechos de las víctimas, hablamos de la verdad. Si nosotros decimos en el punto 4 de la Agenda de diálogo, sobre satisfacer esos derechos, no vamos a esperar a que llegue el punto 4, no, estamos apenas en el punto 1, que es participación de la sociedad en el logro de la paz; por eso estamos acá, porque queremos dejar constancia que debe haber un compromiso con la verdad, y sin ese compromiso con la verdad, no hay asunción de responsabilidad.

Bajo esa visión -¿que tal nosotros retando al régimen colombiano, diciéndole que en los procesos no puedo haber impunidad, y nosotros no ser los primeros?-, decimos, hablemos de la verdad y hablemos de asunción de responsabilidades. Así tendremos autoridad para exigirle al adversario que haga lo mismo. En eso estamos.

Hemos dicho, “verdad toda, verdad todos”, con este presupuesto obramos. Uno no le exige al contrario lo que no es capaz de hacer. Este principio -José Humberto no me deja mentir-, quedó establecido en Nuremberg. Si yo digo: usted hace un crimen y yo también hago los mismos hechos, pues yo también hago un crimen, o sea, no es que lo mío es una cosa y lo suyo es otra cosa, no, es el mismo crimen.

Estamos haciendo nuestro aporte a la verdad, respetamos las tesis que Gearóid trabajó, algunas las compartimos, otras no, pues para nosotros no es problema que en la construcción de la verdad haya diferentes enfoques y que todo esto se complemente. No nos consideramos excluyentes, ni mucho menos nos fastidiamos con el debate crítico, ni con el pensamiento crítico, no... es bienvenido, lo saludamos.

Esta es nuestra presencia acá, un paso en el aporte a la verdad, y un paso en la asunción de responsabilidades; para esto estamos acá.

4. Rechazar con fuerza, la explotación violenta

Otra pregunta que quiero resolver -los periodistas me la hacían acá, antes de comenzar-, es: ¿por qué el Ejército de Liberación de Nacional hace sabotajes a la infraestructura minero energética en Colombia? Por una razón muy simple, Colombia está produciendo ahora más o menos unos 900 mil barriles diarios de petróleo, y a este paso, en tres años Colombia no va tener petróleo. Los candidatos -que ya van como 30-, que quieren ser presidentes el año entrante no han dicho una palabra, sobre ¿qué va hacer después de tres años? ¿Esto cómo se entiende?

Hemos dicho, los recursos naturales, los bienes comunes de un país, su uso no puede ser decidido por una minoría; como son bienes comunes, son de decisión mayoritaria. Hemos criticado que esa minoría se alíe con intereses extranjeros, para hacer una explotación irracional y totalmente exagerada de estos bienes.

Ya les dije que en tres años Colombia se queda sin petróleo, y ningún candidato ha dicho una palabra de esto. Nosotros tenemos una posición contraria a una explotación irracional y acelerada, por todo lo que esto implica.

Ya aquí José Humberto dijo -estas son historias muy tristes-, que han exterminado etnias enteras para poder hacer explotación petrolera. La explotación petrolera en Colombia lleva 110 años. Todas las zonas donde ha habido esa explotación inclemente, son de las miserias más absolutas... todas.

Es una maldición, todas las regiones más ricas en recursos son las más miserables, resuélvanme esto. Nosotros siempre nos hemos opuesto a esto, a que los beneficios sean para una minoría. Pero, además, a que para mantener ese modelo minero energético tengan que acudir a la violencia. Cuando nosotros hacemos sabotajes, les decimos: “ustedes imponen la violencia y la explotación inclemente con la fuerza, entonces nosotros tenemos el derecho legítimo a oponernos por la fuerza”.

5. La inamovible política minero-energética

Cuando discutamos la política minera-energética en Colombia y logremos que sirva a las mayorías y en función de la soberanía nacional, pues nos dejan sin argumentos para los sabotajes, mientras tanto nos los están autorizando.

¿Por qué las multinacionales están interesadas en que dentro del cese en que estamos actualmente -que llega al día 3-, no se toque sus intereses?, porque sus ganancias, por supuesto, están subiendo.

Para nosotros este cese, que va en función de la gente, no queremos que se tome, como que estamos echando atrás nuestra critica a la política minero energética del régimen colombiano, y que se nos olvida que ahí hay que hacer unos cambios, y que si vamos a buscar una solución política, es dialogando.

Que escuchen al ELN es lo de menos, ¿por qué no escuchan a las regiones donde están esos recursos?, ¿por qué están tratando -ya lo dijo Gearóid acá-, de echar atrás las consultas de los municipios donde mayoritariamente han dicho: “nos oponemos a su explotación minero energética”?; ya están en eso, no demoran en anularlas, porque en Colombia sobran abogados, y me disculpan los abogados colombianos que hay aquí. Entonces, ¿dónde está la soberanía popular”, ¡que se escuche a la gente!

Nosotros no estamos diciendo que la nueva política minero energética de Colombia sea la del ELN, olvídense. Decimos: escuchen a la gente, ¿por qué no escuchan a los sindicatos petroleros?, ¿por qué no escuchan al pueblo wayuu de la Guajira?, 3 mil niños han muerto allá en las últimas dos décadas de hambre, esto, ¿no es un genocidio de la etnia wayuu? Allá tienen la mina a cielo abierto más grande del mundo, El Cerrejón, y para producir el carbón de esa manera, han secado la mayoría de los ríos, además la Guajira es un paisaje desértico; todos los niños tienen los pulmones llenos de polvillo de carbón, como si hubieran fumado desde el año uno. ¿Por qué no escuchan a los wayuu?, la principal líder de los wayuu, que se oponía a todo esto, la mataron el año pasado.

Entonces, vuelvo y digo, para nosotros en este momento estamos haciendo un cese a todo este tipo de operaciones, pero no crean que se nos olvidaron, los cuestionamientos a la política petrolera.

Este cese dura 101 días, termina el 9 de enero, y aspiramos a que en una discusión se ponga en la mesa la política minero energética, vuelvo y digo, no es para que el ELN hable mucho -aunque si hemos investigado y tenemos posición de todo-, no, es para que se escuche a la gente, y que se haga lo que la gente dice. Porque vuelvo y repito, la gran contradicción es: “bienes comunes manejados por minorías”, este es el problema.

6. Disposición a reparar

Desgraciadamente por un sabotaje, se produjo este accidente. Nosotros hemos hecho contacto con las víctimas, queremos hablar con ellas sobre esto, escucharlas, que nos escuchen, queremos asumir responsabilidades, y tenemos una tesis, que es contraria a la del gobierno colombiano; porque el gobierno ha instalado un relato que es este: lo principal de la reparación, es que a la gente le den unas monedas, esto no es lo principal, lo principal es que: uno, que haya verdad; dos, que se asuma la responsabilidad y tres, que haya garantías de no repetición. Esto es reconocer.

Cuando uno asume responsabilidades y pide perdón por hechos como estos, está haciendo una parte de la reparación, pero la otra parte es que haya garantía de que eso no vuelva a ocurrir, porque sino, no va a haber una paz estable y duradera en Colombia; para hablar del tema que nos ocupa. ¡Ah! Que también haya reparaciones económicas, totalmente de acuerdo, pero esto no es lo principal.

De nuevo quiero agradecer su paciencia para escuchar esto y volver a reconocer la presencia de ustedes aquí, como un acto de solidaridad para la búsqueda de la paz en Colombia. Y hacer el compromiso que cuando el ELN dice que va a garantizar los derechos de las víctimas, no es un asunto de retórica o demagogia o de promesas, y lo vamos a hacer, así el gobierno no lo haga, porque es la manera como nosotros tenemos autoridad, para exigirle que lo haga.

Me despido pidiéndoles que sigan manteniendo solidaridad con la sociedad colombiana, con el pueblo colombiano en esta búsqueda. Agradezco la hospitalidad de Ecuador con esta Mesa, y estoy a su disposición para aclarar lo que consideren. Muchas gracias.
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* Palabras del Comandante Pablo Beltrán durante la presentación del libro sobre la tragedia de Machuca, del investigador Gearóid Ó Loingsigh, realizada en la Universidad Andina Simón Bolívar de Quito.