Declaración ministerial de Gloria Arena Agis

DECLARACIÓN MINISTERIAL DE GLORIA ARENA AGIS


Lo principal o gran parte de lo que yo puedo declarar ya está asentado, pero prefiero repetir con detalle para que el señor juez pueda tener mas elementos. Fui detenida el día veintidós de octubre alrededor de las diez de la mañana en mi casa que se encuentra, es decir mi domicilio, que se encuentra en la ciudad de San Luis Potosí en la colonia Balcones del Valle, calle Fuente de Diana número 224, que quienes me detuvieron entraron en forma violenta disparando, es decir no me di cuenta de nada hasta que escuché los disparos entonces quise asomarme a la ventana pero mas disparos hicieron que me tirara al suelo, inmediatamente los hombres que me detuvieron ya estaban dentro de la casa, iban vestidos de negro completamente incluyendo un pasamontañas con el que se cubrían la cara, no llevaban logotipo ni nada que los identificara ni se identificaron ellos. inmediatamente me pusieron las manos hacia atrás y me esposaron y me vendaron los ojos. Inmediatamente me preguntaron, "¿Dónde están las computadoras y documentos del partido?," con esa palabra aclaro que usaron ellos por que yo no le llamo partido a mi organización. Les contesté que ahí donde las estaban viendo ya que estaban ahí en ese cuarto donde me tenían, un hombre que parecía estar al mando me contestó, con eso que dices sabemos que si eres quien pensamos, por lo que yo también me di cuenta que se trataba de gente especializada en inteligencia y en reprimir organizaciones políticas. La otra pregunta que me hicieron fue, "¿dónde están las armas?," les contesté que no había armas, a lo que contestaron con cinismo, pues debería de haberlas. La siguiente pregunta fue, "¿cómo te llamas?," yo dije el primer nombre que se me ocurrió, ellos me dijeron, o quieres que le preguntemos a tu madre y a tu hija. Inmediatamente me llevaron un portafolios que estaba en mi casa, estaba cerrado, me dijeron, "¿Que hay en este portafolio?, de todas maneras lo voy a abrir, pero quiero que me digas que hay," le dije que documentos personales. En ese portafolio había documentos personales y fotografías de toda mi familia, una agenda, con direcciones de mis familiares y amistades y oí expresiones de satisfacción cuando ellos lo abrieron. Escuché que dieron la orden de recoger todos los papeles, notas, discos de la computadora, computadora, documentos, fotografías que encontraron y las pusieron en cajas de cartón. Fueron todas las preguntas que me hicieron dentro de mi casa.

Me volvieron a quitar la venda de los ojos, es decir me quitaron la venda de los ojos porque no me la habían quitado antes, me dejaron las esposas y me sacaron agarrándome de los cabellos agachándome para que no pudiera yo ver. Obligándome a ver hacia el suelo, me sacaron de mi casa y ahí inmediatamente estaba una camioneta. Me pararon, ahí en la camioneta abrieron la puerta de atrás y me dijeron ahora vas a ver a tu esposo, efectivamente estaba tirado en el piso de la camioneta, varios hombres igualmente vestidos de negro y con pasamontañas, lo pisaban. Lo que yo reconocí fue su chamarra y como vieron que no lo reconocía muy bien, lo levantaron de la cabeza jalándole los cabellos. Tenía un grueso vendaje sobre los ojos que le cubría gran parte de la cara, como yo buscaba reconocerlo le dijeron, Antonio aquí está ella. El me dijo unas palabras pero como hablaba con dificultad y no alcanzó a hablar fuerte porque hacia esfuerzo al hacerlo, no alcance a entender qué me dijo. El estaba holpeado y torturado y me impresionó mucho. Inmediatamente cerraron la puerta y me jalaron hacia otra camioneta donde me tiraron al piso, pusieron la venda en los ojos, ahi permanecimos un poco de tiempo en que oía que daban instrucciones, entre otras que retiraran a la gente y que abrieran camino. El hombre que iba al mando se subió donde iba yo e iniciaron la marcha en el transcurso de ésta me preguntó, "¿Cómo te llamas?," le dije el mismo nombre que le había dado y me contesto, no el de cobertura sino el verdadero, yo le volví a dar el mismo nombre, cuando sentí el primer golpe en el estomago, entonces encogí las piernas para protegerme pero los demás que iban ahí me las extendieron y detuvieron para que aquel hombre me siguiera golpeando en el estomago. En eso estaba cuando detienen el vehículo, escucho que abren la puerta, y alguien pregunta, "¿ya habló?," el que me golpeaba no contestó, solo escuché que se bajó del vehículo. Pocos instantes después el vehículo siguió su marcha, al poco rato no se cuanto tiempo fue de recorrido pero calculo que fue poco, abrieron la puerta y cargándome me subieron a otro vehículo que sentí estrecho, me colocaron en un asiento, sentí que me ponían el cinturón de seguridad, sentí que volaba, por lo que pienso que se trataba de un avión.

En el avión ya estaba junto a mí otra vez el mismo tipo que me había golpeado, pero esta vez llegó con otra actitud y hablándome de usted y empezó a hablar él y me dijo, "señora, ¿cómo se llama?" le volví a decir el mismo nombre, entonces me dijo, "señora, ¿cómo quiere que le digamos, Aurora o María." Le dije que si prefería me dijera señora, ya no siguió preguntando sino que empezó a hablar lo que yo podía decir, que fue todo un rollo político, pues empezó por decirme "señora, usted sabe que no hay guerrilla buena ni guerrilla mala, pero ustedes se separaron del EPR porque no estaban de acuerdo con el centralismo y con sus métodos," y me dijeron que ellos me querían matar por esta causa, yo con esto me pude dar cuenta que lo que quería era confundirme o sembrar rencor para ver si le servía esto para obtener información, siguió hablando y me pude dar cuenta también que había leído y que conocía el contenido de los documentos que cayeron en la masacre del Charco y que hablaban precisamente sobre las causas de la formación de mi organización y sobre sus principios. Calculo en alrededor de cuarenta o cincuenta minutos el tiempo que duró el avión en aterrizar o sea en llegar al lugar donde aterrizó. Inmediatamente me bajaron y me metieron a un lugar que se sentía amplio por las corrientes de aire que se hacían en el y por el sonido como en eco que se escucha en los lugares grandes y sin muebles, por lo que yo me imaginé que me estaban metiendo en algún hangar.

Ya no hicimos ningún otro recorrido por tierra, ahí me dejaron en un lugar, por cierto primero me subieron por una escalera de caracol y ya me dejaron en un lugar. Tiempo después vino el que había hablado conmigo y me dijo "señora, tiene que decirnos todo lo que queremos porque si no la voy a pasar con los otros, y ellos no la van a respetar, como quiera la van a hacer hablar." No le respondí, entonces me dijo, "la voy a dejar que lo piense un rato," y se fue, aclaro que en todo momento sentía la presencia de los hombres que siempre me estuvieron vigilando, que yo continuaba y siempre continué con las manos esposadas hacia atrás y los ojos vendados, después me llevaron a otro cubículo o cuarto donde me sentaron en un banquito, me quitaron la venda, me quitaron las esposas, me estuvieron tomando video y fotografías un rato, aclaro que no de la forma en que se hace cuando lo presentan ante la autoridad, cuando le toman a uno las huellas o los datos, es decir, cuando lo ponen a uno en la escala de la altura y todo eso, sino que enfocaban en la cámara de video el rostro y acercaban también partes del rostro, todo esto sentada en el banquito. Inmediatamente después me volvieron a colocar la venda, pero ahora con cuidado, pusieron algodón primero y luego la venda, en las manos primero me vendaron las muñecas y luego colocaron las esposas, me volvieron a llevar al lugar donde me dejaron siempre amenazándome con que iban a llevar a ese lugar a mi hija y a mi madre, que ya tenían localizado el departamento donde vivía y que las llevarían ahí.

Me llevaron a otro lugar que estaba cerca otro cuarto, ahí otro hombre, sé esto porque tenía otra voz, este hablando más golpeando me dijo, "haber que es lo que nos puede decir que nos sea útil." Como no contesté me torturaron, con toques eléctricos, me desnudaron y me daban toques. Fueron tres sesiones de toques en ese día, cuando no me torturaban me regresaban al otro cuarto. Ahí alguien me echaba una cobija. Para torturarme me quitaban la cobija y me llevaban al cuarto donde me torturaban. Ese día lo pasé en eso y en escuchar la tortura de mi esposo, cuando lo torturaban hacían un ruido muy fuerte, como de un motor, una turbina de un motor muy grande y también se escuchaban ruidos de metal, en lo que calculo sería el día veintitrés, no puedo calcular la hora, llegó el hombre que puedo decir que la hacía de 'bueno', me dijo, "haber señora, usted se llama Gloria Arenas Agis o Arenas Agis Gloria," yo me di cuenta que hacía esto para que yo le confirmara si me llamaba así y contesté que si, Gloria Arenas Agis. Me hizo preguntas sobre mi lugar de estudio, nombre de mis padres, de mi familia, de mi hija, todos mis familiares, de ahí pasó a preguntarme cuándo conocí a mi esposo, cuándo había ingresado a la organización, quién me había reclutado, no le contesté, después viene el que la hace de malo y me dice, "cómo que no sabes nada si eres comandante, cómo es que llegaste a ese nivel, tienes que saber algo," ese día fueron tres sesiones de tortura, con toques eléctricos. Las preguntas que me hacían todas iban encaminadas a sobre quienes eran los dirigentes, incluso aunque esto es público pues aparece en comunicados y en entrevistas, como por ejemplo una pregunta fue, "quienes son los dirigentes," y le dije, Hermenegildo, Santiago, Antonio, Cuauhtémoc, Emiliano y yo, y contestó, "Cuahutémoc o Anibal, para que veas que si sabemos," me dijo como queriendo presumir que tenía conocimiento que Emiliano era de mi tierra, yo le dije que no sabía, que no lo conocía, me dijo "Bueno, no de tu tierra, pero si de ahí cerca," me preguntaba quiened estaban bajo mi mando, diciendo que yo era comandante, le dije que yo no era comandante que tenía grado de coronel por mi responsabilidad política y que no tenía gente a mi mando. Quería saber como se sostiene la organización, por ejemplo preguntó, "¿de qué se sostienen?", le dije que trabajando y la colaboración de simpatizantes y colaboradores, a lo que replicó "y del impuesto de guerra, verdad," después de tres sesiones de torturas de ese día, noté que disminuyó la presión sobre mí y que torturaron mas a mi esposo. Me preguntaron otra vez los datos de mi hija, como nombre, edad y siempre estuvieron amenazando con llevarla, en el transcurso de lo que calculo sería la noche, escuché mucho movimiento, oí ruido y que alguien dijo, que habían traído a otros cinco del EPR, no se como se autodenomina el grupo de gente que me tuvo secuestrada y torturando, solo escuché que autodenominaban 'pajarera' el lugar donde me tenían y que a nosotros nos decían pájaros.

Al siguiente día me preguntaron sobre si conocía yo la gente del EPR, les dije que no, me llevaron una grabación de una voz femenina que estaba leyendo un documento, el programa político de esa organización. Querían saber si sabía quien hablaba, les dije que no la conocía Después ya no me torturaron como yo pensé que lo harían, sino que traían mucho movimiento, como mucha prisa y prepararon mi salida, llevaron un tambo o cubeta de agua y sin quitarme las esposas ni la venda me lavaron, me peinaron y me vistieron. Escuché ahí entre los tipos que me tenían las voces de dos mujeres que son las que hicieron esta tarea de peinarme y lavarme. Después de un rato me llevaron a otro lugar, como cubículo o cuarto. Me sentaron en un banquito, me quitaron la venda de los ojos y las esposas. Me habían dicho que iba yo a ensayar mi declaración, entonces cuando me quitan la venda, puede ver que al frente estaba una como bocina cubierta con tela, uno como bafle del que salía un cable de corriente eléctrica, que se iba y se perdía en algún punto de la pared. A un lado estaba un hombre sentado, vestido de civil, con grandes lentes oscuros y con una gorra que le cubría hasta las orejas y me dijo, "vamos a comenzar, va a decir, nombre, ocupación y descendencia." recuerdo bien incluso esta palabra descendencia por lo cínico que me parecía esa situación. Le dije que no iba a decir nada, insistió, le dije que no iba a decir nada en ese lugar. Me dijo que no era una declaración, que se trataba de una conversación, yo me sentí profundamente indignada por todo lo que me habían hecho y por las palabras de este hombre y me negué profundamente. Salió, escuché que hablaba afuera con los demás, ya no me siguieron presionando sino que me regresaron al lugar donde me tenían.

Poco tiempo después, aclaro que me volvieron a vendar los ojos, me volvieron a esposar con las manos hacia atrás y me llevaron al lugar donde me tenían, poco tiempo después, entre lo que se escuchaba gran agitación y movimiento, me sacaron del lugar donde me tenían, me subieron a un vehículo, que después pude ver que era una camioneta y sin decir a donde me llevaban se inició la marcha. Yo calculo que tardarían unos cuarenta minutos o una hora, entonces por radio escuché que decían que buscaran un lugar discreto y que pararan ahí. Pararon en un lugar pero al parecer no les gustó porque dijeron que buscaran un lugar mas discreto, se movieron ya nada más un poco y pararon, en lo que yo me dí cuenta que era ya cerca del retén o aduana que está a la entrada de este penal, ahí tardaron un rato, después me quitaron la venda de los ojos, la cual ya no me volvieron a colocar, se acercó un hombre y me dijo, "fírmale aquí," me negué a hacerlo, estuvo insistiendo y yo me negué, entonces se fue y vino otro hombre, igualmente me dijo fírmele aquí, como yo me negaba me dijo "fírmale, tu esposo ya firmó." Le dije que no iba a firmar nada hasta no estar en un juzgado y me dijo, "nosotros venimos del juzgado," quiero hacer notar que tiempo después, ya en el mes de diciembre y ya estando aquí en este penal, yo reconocí a uno de estos hombres, aquí en la sala del juzgado. Después se fueron estos hombres y vinieron otros y me dijeron que firmara o me iban a regresar porque no me podían presentar si yo no firmaba esas actas, como me negué, me dijeron ahora vas a poner tu firma y hasta tu huella digital, tomaron mis manos que estaban esposadas hacia atrás y sentí que estampaban la huella digital. Yo no reconozco esa acta porque no declaré en ningún momento ni la firmé y porque yo no pongo mi huella digital porque se firmar y no es mi firma la que está ahí. Ahora sé que esas actas son las que en este juzgado me presentan como actas ministeriales levantadas en Chilpancingo. Después de esto me quitaron las esposas y subieron a la camioneta donde estaba yo, a una señora a la que traían mirando hacia abajo y que ahora se que es la señora Felícitas Padilla Nava, avanzaron y se quitaron los pasamontañas, inmediatamente llegaron a la aduana o retén. Escuché que les decían, "¿ustedes son los que traen el regalo?" dijeron que sí, les dijeron que pasaran que se fueran adelante, hasta entonces me di cuenta que me habían traído al penal de Almoloya, el ingreso a este penal fue inmediato y consistió en una revisión que yo denuncio que viola los derechos humanos y la dignidad, sobre todo de las mujeres que ingresamos, pues nos desnudan completamente, tras de un biombo que solo llega como entre el hombro y el pecho de altura y del suelo está elevado unos cuarenta centímetros o tal vez un poco mas y por el frente está abierto en un ángulo de ciento treinta y cinco grados aproximadamente y aunque son mujeres las que nos revisan, a los lados, atrás y enfrente del biombo se encuentran los custodios hombres, por lo que se puede ver, para colmo hay un desnivel o banqueta como de un metro de altura, y ellos también están arriba y el biombo abierto, por lo que también se puede ver, y ellos están arriba de esa banqueta desde donde se puede ver perfectamente la revisión que consiste entre otras cosas estando completamente desnuda, hacer sentadillas, por lo que todo se ve por abajo y luego nos hacen voltear inclinarnos un ángulo de noventa grados y separar los glúteos con las manos para revisar la región anal, esto hecho de esta manera en una violación a nuestra dignidad de mujeres y a nuestros derechos. Inmediatamente después de esta revisión nos introdujeron a cuatro detenidos, a mi esposo, al matrimonio que ahora se son Felicitas Padilla y Fernando Gatica y a mí, a un pequeño cuarto con una ventana con vidrios blindados, desde el que no se puede escuchar los sonidos de afuera, ni afuera pueden escuchar los sonidos del interior. Estuvimos gran tiempo parados ahí escuchando rumores que iba a ver una conferencia de prensa.

Después de mucho tiempo de estar ahí de pie, la señora Felicitas sufrió un desmayo y se la llevaron de ahí, quedando nada mas los tres restantes, entonces, poco tiempo después pude ver por el cristal a dos personas que nos observaron, quienes después se que son los señores Ministerios Públicos, cuando se presentaron al juzgado, concretamente el señor que esta aquí y la mujer, la Ministerio Público, ellos nos veían y puedo decir que preparaban la escena pues yo estaba en medio y me pasaron hacía el lado izquierdo por instrucciones desde afuera que al esposo lo ponen en medio y hacen señas que le bajen la vicera de la gorra, aclaro, que ellos dos tenían las manos esposadas hacia atrás, que le bajen la vicera de la gorra para que no se le vean los golpes, que eran muy evidentes en su rostro. Cuando al momento de nuestra presentación ante los medios yo quise hacer seña levantando la mano y expresar que no creyeran lo que estaba pasando una voz que se escuchaba dentro del cuarto me insultaba y amenazaba, y dio la orden de que me bajaran la mano y que me esposaran y que para esto entrara uno arrastrándose para que no lo vieran, lo cual hicieron ahí frente a los periodistas sin que se pudiera ver, pues el vidrio nos daba hasta arriba del pecho.

Por todo esto, por que no se identificaron los que me secuestraron, por que nunca me presentaron ante ninguna autoridad, ni mucho menos ante algún abogado, ni estuve en ningún lugar como Chilpancingo por que tenían acceso a esa base o aeropuerto donde me llevaron, por que podían hacer uso de esas instalaciones y del avión, por el lenguaje que usaron, por el tipo de preguntas que seguían un esquema de primero preguntar algo obvio, como por ejemplo cual era el teléfono de la casa donde me detuvieron y luego pasaban a preguntar lo que ellos calculaban que yo no les diría, por el esquema utilizado de uno hacer un papel amable o "bueno" y el otro hacerlo de "malo", por que su lenguaje cuando menos el que utilizaron conmigo no fue soez, sino mas bien con términos políticos, por la tortura, por que aunque no se identificaron en un momento uno de ellos dijo ser militar, concretamente dijo, " yo también soy militar ", por la manipulación que están haciendo de la ley al inventar actas ministeriales donde ponen como que yo declaré cosas que ni siquiera me preguntaron y que desde luego jamás declaré, por lo que yo veo claramente que se trata de hacer con esa acta inventada una manipulación por un lado jurídica para tenerme presa y por otro lado política para desinformar, desprestigiar e involucrar a personas inocentes o ajenas, por todo esto yo considero que no se dice la verdadera causa del porque estoy aquí, yo me considero presa política por lo que ya dije en la anterior declaración y por que se que me tienen aquí por pertenecer al ERPI, pero en lugar de que las autoridades digan que esa es la causa por la que yo estoy aquí, inventaron actas y delitos como si se estuviera juzgando mas que a mi, a mi organización, en el acta por ejemplo aparecen secuestros de los que nunca ni participé ni se, incluso en un acta escuché que decía hasta el absurdo de que había participado en el secuestro de Rubén Figueroa, cosa que debió suceder cuando yo era una chiquilla. Se nos acusa en esa acta de terrorismo cuando mi organización y yo en lo personal también estamos contra esos métodos, se nos acusa de delincuencia organizada en relación a posesión de armas y cartuchos supuestamente encontrados en un lugar donde dicen que me detuvieron en Chilpancingo, lo cual es falso. Mi organización no es delictiva sino política, pues el fin no es ningún delito sino un cambio en nuestro país, el cual es urgente y necesario. Por todo esto, yo considero que soy presa política y con orgullo puedo decir que considero que sigo perteneciendo a mi organización pues no me avergüenzo de nada de lo que he hecho.