República mexicana, a 5 de junio de 2018

AL PUEBLO DE MÉXICO
A LOS PUEBLOS DEL MUNDO
A LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN
A LOS ORGANISMOS NO GUBERNAMENTALES DEFENSORES DE DERECHOS HUMANOS
A LAS ORGANIZACIONES POPULARES Y REVOLUCIONARIAS

¡HERMANOS, HERMANAS, CAMARADAS!

El actual proceso electoral se caracteriza por la pobreza política de quienes aspiran a ser los representantes de la junta administrativa en nombre del pueblo; la prevalencia de la diatriba como expresión de las formas burguesas de hacer política; la frivolidad como rasgo de la personalidad en los diferentes candidatos que los expone en su exacta condición en sentido contrario a los intereses populares; y el derroche de recursos económicos con un solo fin, imponer al representante de la oligarquía.

La crisis económica y política del régimen capitalista es inocultable, por eso los hombres del régimen y los políticos de oficio hacen cuanto sea necesario por legitimar la democracia burguesa, sin embargo, ésta carece de legitimidad porque todos los políticos de oficio que llegan a la junta administrativa obedecen y se pliegan sumisamente a los intereses de la oligarquía.

Las campañas y debates de los aspirantes a los diferentes cargos de “representación popular” en esencia constituyen un acto mercantil y un grotesco espectáculo mediático donde se exhiben las miserias humanas, expresión de la descomposición y decadencia de la democracia burguesa. Tanta es la falta de legitimidad de ésta que tienen que recurrir a actos circenses donde la demagogia y la pose hipócrita no tienen límite moral.

Los gobiernos neoliberales una vez impuestos y ungidos por la oligarquía, por ser antipopulares y proimperialistas sólo se pueden sostener con el puntal del aparato represivo que cada día demanda mayores cantidades de recursos económicos para sostener la guerra contra el pueblo; de igual manera, la democracia burguesa en tanto no representa la voluntad popular sobrevive y se sostiene por las millonarias cantidades de dinero que se le inyecta de todo origen y por todos los medios.

Es inocultable que el proceso electoral transcurre en un marco de violencia generalizada y sistemática de Estado contra el pueblo que a diario cobra innumerables víctimas; de crisis económica capitalista internacional que expone con claridad el carácter antihumano y reaccionario de este modo de producción; de crisis económica y política del régimen neoliberal mexicano, donde el gobierno carece de legitimidad popular.

A los políticos de oficio y a los diferentes candidatos de los partidos electorales los identifica su posición y concepción política de fortalecer al Estado policíaco militar que se traduce en mayor represión para el pueblo; en su mayoría destacan por adular y congraciarse con la oligarquía, en sus propuestas “de gobierno” hacen culto a la dictadura del capital y al programa burgués; en su generalidad desde los monopolios de la comunicación se proyectan a candidatos acaudalados que dicen defender al pueblo pero éste se encuentra sumido en la pobreza y la miseria como consecuencia de las políticas que avalan políticos de toda laya.

Quienes se disputan ganar la gracia de la oligarquía tienen una característica, políticos de oficio que han amasado fortunas de manera “inexplicable” y son presentadas como producto del “trabajo de toda su vida”, la verdad brota por más que se trate de encubrir, al amparo de la democracia burguesa hacen fortuna y emergen como “hombres de bien”, “hombres de trabajo”, es decir, como burgueses que se disputan un lugar dentro de la clase explotadora.

El camino para la imposición del representante y defensor de los intereses oligárquicos está en curso, todo el andamiaje del proceso electoral está diseñado para que arribe a la presidencia de la república el que mejor represente y defienda los intereses de la minoría que depreda al país.

En las actuales condiciones de la sociedad mexicana y de existencia de nuestro pueblo, no existe lugar para las propuestas políticas ambiguas y conciliadoras, porque la sociedad está polarizada entre explotadores y explotados, por consiguiente, las relaciones entre éstos son de explotación y opresión de donde deriva la actual lucha de clases.

La disyuntiva histórica no estriba en fortalecer y legitimar la democracia burguesa con la incorporación de fuerzas populares a ésta, porque el resultado siempre será la oxigenación del régimen; la solución a los problemas del país y las demandas populares no están dentro de la democracia burguesa sino en organizar y materializar la revolución socialista que demanda la realidad.

Para los oprimidos y explotados embarcarse en la dinámica y lógica de la democracia burguesa constituye distracción política de clase, porque lo fundamental para el pueblo radica en cómo construir su poder político, éste se objetiva fuera de la corporativización burguesa.

Pero como nada es absoluto, ¿qué actitud política se debe asumir ante la imposición de la voluntad oligarca?, ¿cómo proceder si la voluntad popular es nuevamente ignorada? Congruencia política, defender por todos los medios y formas de lucha la voluntad popular, en función de los intereses de los explotados y oprimidos.

¡POR LA REVOLUCIÓN SOCIALISTA!
¡VENCER O MORIR!
¡POR NUESTROS CAMARADAS PROLETARIOS!
¡RESUELTOS A VENCER!
¡CON LA GUERRA POPULAR!
¡EL EPR TRIUNFARÁ!

COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO DEMOCRÁTICO POPULAR REVOLUCIONARIO
PDPR

COMANDANCIA GENERAL DEL EJÉRCITO POPULAR REVOLUCIONARIO
CG-EPR

Año 54.
República mexicana, a 5 de junio de 2018.